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Marina Mayoral elige el género epistolar para escribir sobre la intimidad

Aurora Intxausti

Son siete cartas de amor y desamor; de alegría y tristeza; siete relatos en los que la escritora Marina Mayoral (Mondoñedo, Lugo, 1942) descubre al lector retazos de la vida de los personajes que ha elegido para que transiten por las páginas de su último libro. En Querida amiga (Alfaguara), la autora opta por utilizar el género epistolar porque considera que es 'una buena fórmula de ofrecer una visión de la realidad'.

Mayoral, que no rechaza las nuevas tecnologías como el correo electrónico para comunicarse con sus amigos y compañeros, dice que adora las cartas. 'Permiten sacar la intimidad a la luz. Frente a un papel, uno puede volcarse. 'Prefiero la carta, pero es hermoso también abrir el ordenador y comprobar que alguien se ha acordado de uno', afirma.

El primer relato, que da título al libro, cuenta la historia de una mujer que le pide a una escritora dejar constancia de un amor, guardado en su corazón durante toda la vida y que no ha sido capaz de dejar atrás después de muchos años, oculto a los ojos de su esposo y sus hijos. El resto de las cartas, algunas de ellas relacionadas entre sí, llevan por título Admirados colegas, Mi querido amigo, Eva de mi alma, Muy señor mío, Señor doctor y Estimada señora.

Este libro, según la autora, comenzó cuando una mujer la llamó por teléfono y le ofreció que escribiese su vida. Le dijo que había nacido en una familia humilde y, ya en su vejez, tenía dinero de sobra y quería que quedase constancia de su vida. La escritora rechazó el ofrecimiento y creó una historia partiendo de la idea aportada por la comunicante.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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