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Estados Unidos recorta los tipos de interés al 2,5%, el precio más bajo desde hace 40 años

Los mercados bursátiles, que ya habían descontado la caída, reaccionaron con frialdad

La Reserva Federal bajó ayer medio punto el precio del dinero en Estados Unidos por segunda vez en dos semanas y lo dejó en el 2,5%, el nivel más bajo desde mayo de 1962, cuando John Kennedy estaba en la Casa Blanca. La rebaja, novena consecutiva en lo que va de año, fue una respuesta drástica para estabilizar unos mercados tambaleantes y alentar el consumo de una economía que ha entrado en un periodo de recesión en una atmósfera prebélica. Wall Street, que apostó desde por la mañana por esa rebaja, reaccionó con frialdad y el índice Dow Jones subió el 1,29% y el tecnológico Nasdaq el 0,79%.

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El comité del mercado abierto de la Reserva Federal se reunió bajo la presidencia de Alan Greenspan con sólo informes parciales sobre la mesa (las cifras de paro no se conocerán hasta el viernes, y el crecimiento del tercer trimestre llegará más adelante), pero con la certidumbre de que la economía está en fase recesiva, empujada a la baja por la desconfianza del consumidor, cuyo gasto contribuye a los dos tercios de la actividad económica en Estados Unidos. La confianza ciudadana sobre el futuro económico no había caído tanto desde la guerra del Golfo.

'Los ataques terroristas han incrementado sustancialmente la incertidumbre en una economía ya débil', decía el comunicado que anunciaba el nuevo recorte, que deja el tipo real -que tiene en cuenta la inflación, que en agosto que del 2,7%- por debajo de cero. Un tipo real (tipo nominal menos inflación) negativo que implica perder dinero por ahorrar.

Los datos correspondientes a agosto y septiembre indicaban que los recortes previos de los tipos, ayudados por los estímulos fiscales de George Bush, estaban dando muy modestos resultados. En agosto, el consumo subió un 0,2%, que los analistas atribuyen a la devolución de impuestos, y la producción manufacturera siguió cayendo en septiembre, aunque de un modo más lento que en meses precedentes.

Atmósfera depresiva

La Reserva Federal da por hecho que, tras los ataques del 11 de septiembre, la ansiada recuperación deberá esperar. El frenazo a la producción y el comercio, el aumento del paro y la incertidumbre sobre el futuro inmediato han creado una atmósfera depresiva en lo económico contra la que se bate la Fed.

Los analistas no están seguros de los efectos a corto plazo del recorte de ayer en una economía que ha entrado en recesión y dicen que habrá que esperar hasta mediados del año para salir del túnel. 'Hemos chocado con algo que no habíamos visto nunca. Es lógico que la Fed pise el acelerador como si estuviésemos en plena recesión', comentó un economista de J.P Morgan.

Otro señalaba que 'la mayor preocupación de la Reserva Federal es ahora mismo la confianza del consumidor y de los negocios y sus consecuencias sobre el crecimiento'. La economía creció un 0,3% en el segundo trimestre y nadie duda que será el último dato positivo en muchos meses.

Los economistas vaticinan que el 2,5% no será el precio más bajo que este año alcance el dinero -aunque subrayan que eso dependerá de los efectos sobre el consumo que se perciban en octubre y noviembre- y ya se empiezan a preocupar por las consecuencias de unos márgenes que van a dejar muy poca capacidad de maniobra a Greenspan.

Hasta ahora, el efecto más tangible de los sucesivos recortes ha sido el de mantener activo el mercado inmobiliario, no tanto por la incentivación de nuevas compras, sino por facilitar la refinanciación de los créditos hipotecarios, con la consiguiente creación de liquidez, aunque no hay certidumbre de a dónde ha ido el dinero ahorrado.

Los analistas pedían ayer mayor coordinación entre las estrategias de la Reserva Federal y de la Casa Blanca. Alan Greenspan alertó el pasado día 21 a los senadores sobre el celo de la Administración de Bush y del Congreso de intervenir con un plan de estímulos que puede ser contraproducente a medio plazo, porque medidas legislativas sobre gasto y fiscalidad no tienen la flexibilidad que ofrece mover los tipos. Para Greenspan es más importante tomar las medidas adecuadas que actuar con rapidez.

Bush prepara estímulos

Bush señaló ayer que 'se necesita un paquete de estímulos los suficientemente fuerte como para mover la economía a corto plazo, pero no tan grande que ponga en peligro los tipos de interés a largo'. El presidente mantuvo un desayuno de trabajo con congresistas para discutir sobre las medidas a adoptar, valoradas en 100.000 millones de dólares, en lo que se contabilizan los 40.000 millones de emergencia para la reconstrucción de Nueva York y las ayudas a los damnificados por los atentados.

Entre las propuestas que se barajan está una rebaja en la fiscalidad para las rentas más bajas; una subida del salario mínimo, que ahora está en 5,15 dólares la hora; una ampliación del plazo en el que los desempleados pueden recibir subsidios (de 23 a 39 semanas), y recortes en la fiscalidad para empresas y ganancias de capital. 'El mejor modo de estimular la demanda es dar a la gente algún dinero que pueda gastar', dijo el presidente. Para hoy está previsto que los congresistas se reúnan con Greenspan.

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