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Cineastas e historiadores reivindican la memoria histórica de los maquis

Los participantes en un encuentro en Santander resaltan la poca atención del cine

Inició la charla el historiador y crítico de cine Carlos Heredero, el primero en quejarse de la escasa presencia que ha tenido el movimiento guerrillero en el cine español. No sólo durante la dictadura, cuando era un tema 'imposible de tratar', sino también en la transición. Heredero escogió como las tres películas más importantes sobre los maquis Los días del pasado, rodada por Mario Camus en 1977; El corazón del bosque, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón en 1978, y Silencio roto, estrenada este año por Montxo Armendáriz, quien además va a producir un documental con testimonios reales de maquis supervivientes. Los tres directores estuvieron presentes.

Gutiérrez Aragón, que pronto iniciará el rodaje de la segunda parte de El Quijote, contó que el argumento de El corazón del bosque surgió de sus recuerdos de infancia, cuando le prohibían circular por algunas zonas del monte por miedo a que fuera raptado por los maquis que se ganaban la vida con los rescates. 'Me atraían porque representaban un mundo misterioso y oscuro en una sociedad estamental en la que todo llamaba la atención, como ver a una mujer sin velo en misa', contó. Gutiérrez Aragón vaticinó que los maquis van a ser un tema recurrente en el cine español porque representan 'un mito que no se agota nunca'.

Marisol y Gades

Otro director cántabro, Mario Camus, en fase de montaje de su última película, La playa de los galgos, recordó el rodaje, hace 24 años, de Los días del pasado. El cineasta aseguró que si pudo hacer la película con el fin de la dictadura tan próximo fue gracias a la popularidad de sus protagonistas, Marisol y Antonio Gades. 'Nadie me preguntó qué película quería hacer, yo creo que los productores no leyeron el guión atentamente'.

A Armendáriz lo que le ha seducido de los maquis para rodar un documental con sus testimonios es 'la dignidad y la falta de rencor' con la que hablan de aquellos años los supervivientes, quienes 'dedicaron toda su juventud a luchar por unos valores'. El director fue reprochado por una mujer del público por retratar en Silencio roto a las mujeres de los maquis desde el punto de vista sentimental, 'como si no tuvieran ideología'. Salió en su defensa Secundino Serrano, quien recomendó 'no pasar del olvido a la idolatría'. Serrano explicó que las mujeres tenían un papel importantísimo en la supervivencia de los maquis y que a menudo actuaban como enlaces entre ellos, pero precisó que su ayuda se debía más al afecto y a la solidaridad que a la conciencia política. 'Los guerrilleros no fueron adelantados a su tiempo y practicaban la discriminación de género tanto como Franco', bromeó Serrano, que lleva ya cinco ediciones de su libro Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista.

El historiador coincidió con la mayoría de los presentes al justificar su interés por los maquis en que fueron 'los héroes clandestinos' de su niñez. Criticó que la negación de los maquis por parte de la dictadura 'apenas ha cambiado con la democracia' y no dudó en considerarlos 'víctimas de la transición' y 'olvidados de la historia'.

Sobre el papel que tenían las mujeres de los maquis también habló el historiador cántabro José Ramón Sánchez Viadero, que ha recogido en un libro las andanzas de Juanín y Bedoya, los últimos maquis montañeses. Sánchez Viadero explicó que mucha gente en principio afín a la dictadura cambió de ideología y apoyó a los maquis ante el amedrentamiento represivo. En particular, las mujeres, a quienes contó que la Guardia Civil atacaba para provocar a los guerrilleros escondidos en el monte.

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