_
_
_
_

Trimble consuma su dimisión para forzar el desarme del IRA

La renuncia del primer ministro norirlandés coincide con las nuevas marchas orangistas

La renuncia de Trimble, líder de los probritánicos moderados del Partido Unionista del Ulster (UUP), será leída mañana, lunes, ante la Asamblea de Irlanda del Norte y abre un periodo de incertidumbre de seis semanas, el tiempo máximo que permite al Ejecutivo autónomo mantener un jefe de Gobierno en funciones. El hasta ahora jefe del Gobierno autónomo viajó ayer a Somme (oeste de Francia), donde asistió a una conmemoración sobre la Primera Guerra Mundial.

Si pasado ese periodo de consultas Trimble no da marcha atrás, Londres deberá elegir entre suspender por segunda vez la autonomía de la provincia o resignarse a que haya elecciones anticipadas, pese a que los pronósticos anuncian un avance de los partidos más radicales (los republicanos del Sinn Fein y los probritánicos del reverendo Ian Paisley), como ya ocurrió en los recientes comicios municipales y al Parlamento de Westminster.

Más información
Trimble pide sanciones contra el Sinn Fein si el IRA incumple su compromiso de desarme
Católicos y protestantes se enfrentan de nuevo en Belfast mientras se estanca el proceso de paz
El repliegue del Ejército británico y la nueva policía, puntos críticos
Trimble dimitirá el 1 de julio si no hay desarme del IRA
El Sinn Fein, a punto de ser el segundo partido del Ulster
El Ejército británico impide que la marcha orangista derive en enfrentamientos

Con su dimisión, Trimble pretende ofrecer una imagen más radical y reforzar su cada vez más contestado liderazgo en el seno de su partido. Pero, sobre todo, intenta presionar al Sinn Fein para que fuerce la destrucción o la entrega de armas del IRA. Se trata sobre todo de una guerra de símbolos que amenaza una vez más con poner en jaque el proceso de paz en un contencioso en el que los símbolos son tan importantes como los hechos.

El problema arranca de la deliberada ambigüedad con que se redactó el histórico acuerdo del Viernes Santo de 1998, que insta a 'poner las armas fuera de uso'. Para el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, el IRA ya ha cumplido esa exigencia porque no ha vuelto a utilizar sus armas, almacenadas en depósitos sellados que en parte han podido ser inspeccionados por mediadores internacionales. Pero los unionistas interpretan esa frase como una obligación de entregar o destruir los arsenales y exigen al menos un gesto simbólico.

Se deberá negociar el desarme, pero también otros dos puntos conexos: la reforma de la policía autonómica -la Royal Ulster Constabulary- y la reducción de las fuerzas del Ejército británico, que mantiene aún 14.000 hombres en la provincia. El compromiso ha sido imposible en los últimos días.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Las negociaciones coinciden con el periodo más caliente del año, las marchas de los orangistas protestantes del mes de julio, que atraviesan barrios católicos. La crisis política incentiva este año el simbolismo de las marchas y multiplica la posibilidad de incidentes. En las últimas semanas se ha disparado ya la tensión y los enfrentamientos entre unionistas y republicanos al intentar aquéllos impedir el acceso de las alumnas al colegio católico de la Santa Cruz, situado en un barrio protestante de Belfast.

Ayer se registraron en el oeste de la capital enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y residentes nacionalistas, en vísperas de la marcha de Whiterock, tradicionalmente una de las más tensas del verano. El año pasado esta marcha generó una gran polémica al incorporarse a ella en dos ocasiones grupos paramilitares.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_