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Simeón II arrolla en las elecciones búlgaras y roza la mayoría absoluta

La coalición del antiguo rey se convierte en la primera fuerza política tras una victoria arrolladora

El Movimiento Nacional Simeón II(MNSII), coalición creada hace dos meses por Simeón de Bulgaria, consiguió ayer casi el 46% de los votos en las elecciones legislativas y ya es la primera fuerza política del país, según los resultados oficiales, con un 45% de los votos escrutados. Las proyecciones de voto le dan un porcentaje algo inferior al 44% y una cifra de diputados de 117. El MNSII podría incluso llegar a 122, que sería mayoría absoluta, si una coalición minoritaria, formada por el partido nacionalista VMRO y el grupo anticorrupción llamado El Día de San Jorge, no logra el 4% necesario para conseguir escaños.

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El antiguo rey no quiso pronunciarse en una conferencia de prensa sobre su futuro político y escabulló la respuesta a la pregunta de si está dispuesto a ocupar el cargo de primer ministro. Declaró: "El MNSII aspira a un gobierno de coalición con las fuerzas políticas que comparten las ideas básicas de nuestro programa: Crecimiento económico, rápida integración en la UE y en la OTAN, salvar a Bulgaria de la corrupción, alto grado de responsabilidad de los futuros gobernantes y legislación estable según los niveles europeos".

La coalición gobernante de derecha Fuerzas Democráticas Unidas (FDU) ha perdido más de un 30% de votos: Del 52,3% conseguido hace cuatro años, cayó a un resultado en torno a un 20%. La FDU del primer ministro Iván Kostov es el primer gobierno de la Bulgaria poscomunista que ha conseguido cumplir una legislatura completa.

El primer ministro declaró: "Los resultados obtenidos son una gran pérdida para nosotros. Tenemos que sacar las conclusiones necesarias y esforzarnos en entender por qué hemos perdido. Dos son las causas principales. Por un lado teníamos que estabilizar el país política y económicamente. Por otro, hacer reformas para cambiar la esfera social. Utilizamos varias medidas antipopulares y parece que la sociedad pagó un precio más alto del que estaba dispuesta a pagar". Añadió Kostov: "Pusimos las bases para un Estado estable y esperamos que el MNSII siga adelante desarrollando el país". Kostov rechazó la idea de formar una gran coalición con el MNSII, porque, argumentó, en ese caso todo el pueblo se quedaría en la oposición al Parlamento.

La Coalición por Bulgaria, liderada por los excomunistas del Partido Socialista Búlgaro (PSB), ha logrado en torno a un 17% de votos y se convierte en la tercera fuerza política del país. La Coalición gobernó en alternancia con la FDU en la década poscomunista. El Movimiento de Derechos y Libertades (MDL), que agrupa a las minorías turca y gitana, entrará en el Parlamento con un porcentaje de votos por encima del 4%, según los escrutinios, y un 6,4% según la estimación del MNSII.

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El reparto de los 240 escaños del futuro Parlamento no se podía calcular anoche, dados los márgenes de error en la estimación de voto. No obstante, parece que el MNSII va a rozar la mayoría absoluta y tendría que formar una coalición, si quiere gobernar en Bulgaria. Las primeras reacciones de los analistas políticos coinciden en que Bulgaria afronta un periodo de inestabilidad y especulan con la solidez del MNSII creado por Simeón II.

El resultado de la elección confirmó los sondeos. Con un grupo de diputados casi desconocidos reunidos a toda prisa, un equipo de jóvenes tecnócratas búlgaros procedentes de instituciones financieras extranjeras, un discurso sin apenas contenidos y sólo con la promesa de honradez, Simeón II ha conseguido remover la política de Bulgaria. Portavoces del MNSII lamentaron anoche que otras dos listas con el nombre de Simeón II (que recibieron el 6% de los votos) hubiesen sembrado la confusión en el electorado.

El antiguo rey afrontó en la conferencia de prensa algunas preguntas malintencionadas. A la cuestión de si no creía que ya era hora de que sus hijos aprendiesen búlgaro, respondió: "Durante mis 50 años de exilio he intentado educar a mis hijos como ciudadanos del país en el vivían, Considero artificial en este momento obligarles a estudiar búlgaro mediante cursillos, para que luego la gente diga que tenemos una actitud dinástica".

A la protesta de una periodista de que los guardaespaldas hubiesen desalojado a la tercera fila para colocar allí a la esposa e hijos del ex rey, Simeón II replicó: "Creo que tienen el derecho, ya que han venido por solo 24 horas, como cualquier hijo que quiere ver a su padre en un momento tan especial. Nosotros hemos vivido 50 años como gente corriente y mis hijos saben comportarse. Si lo llego a saber, les hubiera dicho que se levantaran".

Simeón II de Bulgaria bromea con los periodistas poco antes de votar ayer en Sofía.
Simeón II de Bulgaria bromea con los periodistas poco antes de votar ayer en Sofía.REUTERS

Lenin y los gitanos votan por el nuevo zar

La avalancha de votos a favor del Movimiento Nacional Simeón II (MNSII) del antiguo rey de Bulgaria en las elecciones legislativas de ayer se ha basado sobre todo en la decepción con los partidos de izquierda y derecha implantados en la década poscomunista. El desencanto y la ira contra la coalición gobernante, Unión de Fuerzas Democráticas (UDF), y los ex comunistas del Partido Socialista Búlgaro (PSB), que se han turnado en el poder los últimos 11 años, resultaba palpable. Tanto en suburbios marginales de gitanos, al borde de Sofía, como en el barrio Lenin, de proletariado tradicional, en la ciudad industrial de Pernik, a 40 kilómetros de la capital, la gente en las calles expresaba su intención de 'votar por el zar'. Stefan Dimitrov, un gitano sin trabajo, de 53 años y con dos hijos, aseguraba tajante en un cafetucho del barrio de Fakulteto: 'Todo el barrio va a votar por el zar. Ha venido gente de otros partidos, pero no les creemos. Nos han mentido tantos años, que no nos fiamos de ellos'. Simeón visitó el barrio gitano el viernes. Dimitrov dice: 'Hubo mucha gente para saludarlo. Lo esperábamos. La gente ha visto en sus ojos que va a mejorar las cosas en Bulgaria. Ya nos han engañado muchos años'.En Pernik se advierten los desastres de la industrialización llevada a cabo durante la época comunista. Al lado de la carretera que conduce a Sofía se levantan los esqueletos de una siderurgia casi en ruinas. De la enorme chimenea de una central térmica se eleva al cielo, en la mañana soleada de domingo, una tremenda nube de humo blanquecino de mal aspecto. En la terraza del café Rocky, en el barrio Lenin, al que todavía no han cambiado el nombre en los indicadores de tráfico, Vili, una joven de 22 años, embarazada y sin trabajo, toma café con su marido Zhivko, de 25, y su madre Parvoleta, de 45. Los tres iban a votar 'por el zar'. Vili expone la situación de Bulgaria, según su visión: 'Paro, miseria y hambre. La gente joven no puede permitirse el lujo de vivir'. Su madre corrobora: 'Queremos al zar para que nos dé un futuro'. Su marido resume: 'En dos palabras: todo lo que prometieron no se ha cumplido. Ofrecieron más trabajo y hay más paro'. A la pregunta de si Simeón podrá cumplir sus promesas, Zhivko replica: 'Él no promete nada en concreto. Lo intentará. Hasta ahora prometían cosas concretas y no las cumplían. Él no promete'.La joven pareja vive con los padres de ella en un albergue de la siderurgia hoy desmantelada. Viven en una habitación con una cocina cinco personas, más el bebé que esperan, y pagan 11 levas (casi 1.000 pesetas) por el alquiler. La factura de luz y calefacción se lleva todo el sueldo de la madre, 100 levas (8.500 pesetas). Zhivko y su suegra trabajan en una empresa auxiliar de construcción para el Ejército. En 1991, con la llegada de la democracia, a Parvoleta la despidieron de la siderurgia sin indemnizarla, tras trabajar 11 años como conductora de una grúa. Zhivko asegura: 'Con el comunismo estábamos mejor'. Ahora su esperanza responde al nombre de Simeón.

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