ELA y LAB dan por rota la unidad de acción que mantenían desde 1994
Elorrieta achaca la quiebra a las diferencias en la negociación colectiva
La unidad sindical que mantenían ELA y LAB desde 1994 se ha roto. Ese año comenzó la colaboración sindical entre las dos centrales nacionalistas, que tras la celebración conjunta del Aberri Eguna en 1995, les convirtió en precursoras de la estrategia que cristalizó en el Pacto de Lizarra. La ruptura de su colaboración en el ámbito sindical -en el político estaba 'congelada' tras la ruptura de tregua por ETA- se visualizará el próximo Primero de Mayo, que los dos sindicatos celebrarán por separado. El secretario general de ELA, José Elorrieta, achacó la quiebra a las discrepancias que han mantenido las dos centrales en los convenios del papel y del metal, en los que LAB se ha situado junto a CC OO y UGT, dejando a ELA sola.
'La unidad sindical con LAB hoy no tiene suelo, no tiene condiciones para que pueda visualizarse con un mínimo de contenido', aseguró ayer Elorrieta, mientras Rafa Díez, su homónimo en LAB, también confirmaba en Pamplona la ruptura y señalaba la necesidad de reconducir las relaciones con ELA para 'situar el movimiento sindical vasco en un proceso de paz y soberanía de Euskal Herria'.
Para el 1 de mayo, ELA ha convocado una única manifestación en Bilbao bajo el lema Lana, soldata, errespetua (Trabajo, salario, respeto) y LAB marchará en San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Pamplona, Bayona y Maule para exigir 'un marco vasco de relaciones laborales'.
No es la primera vez que las dos centrales nacionalistas no marchan juntas el 1º de Mayo, pero en esta ocasión su celebración por separado refleja la profunda crisis abierta, tanto en lo político como lo estrictamentem sindical, entre ambas organizaciones que han mantenido una estrategia conjunta desde 1994. Los dos sindicatos comenzaron a marchar de la mano en un acuerdo que inicialmente sólo incluía la vertiente sindical. El salto desde la reivindicación del marco vasco de relaciones laborales a la construcción nacional fue inmediatamente posterior y se perfiló a partir de la declaración conjunta que realizaron para el Aberri Eguna en 1995, en el que establecían un diagnóstico del 'conflicto' muy semejante al plasmado en el Acuerdo de Lizarra, tres años después.
Aunque la unidad de acción de ELA y LAB no ha estado exento de desencuentros, la ruptura de la tregua motivó una de las mayores crisis en las relaciones, como han reconocido los máximos responsables de los dos sindicatos, José Elorrieta y Rafa Díez, en varias ocasiones. Ambos dividen su relación en dos fases; fue muy positiva entre 1994 y 1998 y a partir de ese año, comenzó el deterioro.
El secretario general de ELA explicó que las diferencias en la estrategia de la negociación colectiva de los últimos convenios del metal y del papel han sido el detonante de la quiebra de la unidad sindical y reflejan las discrepancias en el 'modelo sindical futuro' de ambas organizaciones. El hecho de que LAB haya formado bloque con UGT y CC OO en los citados convenios mientras ELA se quedaba sola ha sido 'el elemento determinante , no el único, ya que también hay discrepancias en el diagnóstico de la situación política y de la estrategia para abordarla, pero ése viene de atrás', explicó Elorrieta, en clara referencia a la grieta abierta por el regreso de ETA a los asesinatos y la incapacidad de LAB para desmarcarse de la dinámica establecida por la organización terrorista. Por su parte, LAB ha culpado de la ruptura de la tregua a ELA y al PNV y EA, por no dar 'pasos decididos' hacia la consecución de la soberanía y la territorialidad de Euskal Herria. El pasado mes de diciembre, Elorrieta aseguraba ya que la unión 'estaba varada' y que para este año sólo había acuerdo en la estrategia para la negociación colectiva.
Mientras ELA ponía ayer el acento de la ruptura de la unidad de acción en el ámbito sindical, Díez lo ponía en el político. La causa según dijo, es que ELA no aceptó la idea de LAB de aprovechar el Día del Trabajo para rechazar el autonomismo, reivindicar la independencia y defender que la soberanía es la paz. 'El 1º de Mayo era un momento adecuado para dar un salto en la unidad sindical', declaró el secretario general de LAB, quien emplazó a ELA a 'reconducir' las relaciones e iniciar una nueva fase para 'situar el movimiento sindical vasco en un proceso de paz y soberanía para Euskal Herria'.
Durante estos siete años, la unión ha aportado ventajas a las dos partes. Con el porcentaje de LAB, la importante representatividad de ELA (40,24%) se convirtió en mayoría absoluta y permitió arrinconar a los sindicatos de ámbito estatal. Por su parte, LAB salió de la marginalidad y accedió a todos los organismos institucionales.
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