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Las acusaciones de espionaje ensombrecen la reunión de presidentes centroamericanos

Una de las delegaciones asistentes al encuentro que mantuvieron el pasado viernes los presidentes de Honduras, Nicaragua y El Salvador acusó a otra de espionaje, según declaró el canciller nicaragüense, Francisco Aguirre, a un periódico local. El ministro afirma, sin especificar quién acusó a quién, que la reunión convocada por Nicaragua para acordar medidas de distensión militar estuvo marcada por la tensión. "Percibí que podría haber una situación bien delicada, porque esa observación creó una gran sorpresa por parte del país que fue acusado y pensé que en ese momento se suspendía la reunión", aseguró Francisco Aguirre.

Durante la minicumbre, celebrada en la playa nicaragüense de Pochomil, representantes civiles y militares de los tres países analizaron las quejas de Managua acerca de una supuesta escalada armamentística y movimientos de tropas en las cercanías de la frontera por parte de Honduras, con quien Nicaragua mantiene diferencias territoriales.

El nicaragüense Arnoldo Alemán, el hondureño Carlos Flores y el salvadoreño Francisco Flores decidieron presentar ante la Comisión de Defensa y Seguridad de Centroamérica un inventario de "medios navales, aéreos, terrestres y de seguridad pública, presupuestos y la composición de sus fuerzas armadas".

Desde principios de año, las autoridades militares nicaragüenses han afirmado en numerosas ocasiones que cuentan con "pruebas irrefutables" sobre un aumento significativo de la presencia militar en el lado hondureño de la frontera y una subida del presupuesto destinado a gastos militares, medidas que violarían los acuerdos firmados por ambos países ante la Organización de Estados Americanos. El 11 de septiembre de 199 Nicaragua y Honduras acordaron congelar sus efectivos militares para favorecer una salida diplomática a las diferencias que mantienen sobre la soberanía de 130.000 kilómetros cuadrados de aguas caribeñas limítrofes.

Según un diario nicaragüense, que cita sin identificar una fuente militar presente en la reunión, el ministro de Defensa, José Adán Guerra, y el general Javier Carrión, jefe del Ejército, presentaron en Pochomil información muy detallada sobre las fuerzas armadas del país vecino, incluidos documentos de carácter interno, órdenes a las tropas y un informe sobre los planes hondureños de compra de armamento para los tres próximos años.

Versión de la prensa

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La versión que manejan los diarios hondureños es bien diferente. Aseguran que su delegación refutó todas y cada una de las acusaciones nicaragüenses y que el único argumento válido presentado contra Honduras fue que este es el único país centroamericano que no ha presentado un inventario militar a la Comisión de Defensa y Seguridad. Según un alto mando militar asistente a la reunión que los medios mantienen en el anonimato, Honduras demostró que sus puestos fronterizos siguen siendo seis, como en septiembre de 1999, y no 21 como asegura Nicaragua. Tegucigalpa reconoció que ha habido un aumento del presupuesto militar, pero lo achacó, no a la compra de armas, si no a una subida de los salarios de la tropa que hiciera más atractivo un servicio militar que pasó a ser voluntario en 1993.

El encuentro se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad y un secretismo absoluto. Los mandatarios nicaragüense y hondureño declinaron hacer declaraciones sobre el contenido y resultado del encuentro, sólo se leyeron las conclusiones, recogidas en la denominada Declaración Presidencial de Pochomil, y el presidente salvadoreño, Francisco Flores, que ostenta la Secretaría pro témpore de la región, otorgó unas breves declaraciones como portavoz del encuentro.

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