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EE UU apoya que Israel no negocie con los palestinos mientras siga la Intifada

'No puede haber negociación con los palestinos bajo el signo de la violencia', coincidieron ayer en asegurar el nuevo primer ministro y ex general, Ariel Sharon, y el recién nombrado secretario de Estado norteamericano, el también ex general Colin Powell, en Jerusalén. Así parece quedar congelado, con una sola frase, el proceso de paz con Yasir Arafat,supeditando su reanudación al fin de una revuelta que el próximo miércoles cumplirá cinco meses y en la que se han registrado más de 400 muertos y cerca de 15.000 heridos.

No obstante, Sharon hizo llegar un mensaje a los palestinos a través del propio Powell en el que pone tres condiciones para el levantamiento de las sanciones económicas que Israel mantiene sobre los territorios palestinos. Sharon quiere que Arafat haga una declaración pública en favor del fin de la violencia, que la Autoridad Palestina a su vez tome iniciativas para frenar la insurrección civil y que palestinos e israelíes colaboren en cuestiones de seguridad 'sobre el terreno'.

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El secretario de Estado trató ayer de matizar la posición de la Casa Blanca, e intentó mostrarse equidistante en el conflicto al propugnar 'el levantamiento lo antes posible' del asedio y de las sanciones contra el Gobierno autónomo de Yasir Arafat, ya que 'la presión económica contribuye al deterioro de la situación de seguridad y mina la confianza entre las dos partes'.

'Creo que debemos trabajar duro, de una parte y otra, para controlar la violencia, salir del ciclo infernal, donde la violencia engendra la contraviolencia', recalcó Powell, colocando en un plano de igualdad a palestinos e israelíes, para asegurar a renglón seguido que el 'presidente Bush está dispuesto a jugar un importante papel en el proceso de paz' una vez éste se reanude.

La diplomacia norteamericana volvía, sin embargo, a insistir ayer en su principal y obsesionante preocupación en la zona: Irak. Powell, jefe del Estado Mayor durante la guerra del Golfo, habló de nuevo por activa y pasiva con respecto a los peligros del régimen de Bagdad, la necesidad de que el mundo árabe cierre filas en su entorno, comprenda el mensaje de alerta de la Casa Blanca y deje de hacer críticas a la política militar, que llevaron hace diez días a los aviones norteamericanos y británicos a bombardear la capital iraquí.

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'No me esperaba esta reacción', aseguró Powell refiriéndose a las críticas árabes a los bombardeos del pasado 16 de febrero. Luego, como si tratara de pedir perdón, afirmó: 'Es cierto que podríamos haberlo hecho mejor en materia de coordinación, pero no tengo excusas que presentar. Haremos todo lo necesario para proteger la vida de nuestros pilotos', insistió el jefe de la diplomacia norteamericana.

Peligro iraquí

El secretario de Estado volvió a referirse en Jerusalén al 'peligro iraquí' al hacer hincapié en un reciente informe de los servicios secretos alemanes, según los cuales Bagdad estará en disposición, dentro de pocos años, de construir armas nucleares: 'Creo que el informe alemán ayudará a convencer a los pueblos de la región que Sadam Husein debe ser contenido hasta que vuelva a la razón'.

Colin Powell, en la recta final de su viaje por Oriente Próximo, se trasladó ayer a Kuwait, donde presidió los actos de conmemoración del décimo aniversario de la liberación del emirato, poniendo fin a los siete meses de ocupación de Irak. En el podio de las autoridades, junto a Powell, se encontraban los antiguos líderes de la alianza occidental: George Bush padre, el argentino Carlos Menem y los ex primeros ministros británicos Margaret Tatcher y John Major. Junto a ellos estaban los representantes de otros 30 países de la coalición militar, como tratando de recordar todos juntos que la guerra contra Sadam Husein aún no se ha acabado.

[Un palestino resultó ayer muerto en Cisjordania por disparos de soldados israelíes, según informaron fuentes médicas palestinas. Por otra parte, dos colonos israelíes, un hombre y una mujer, resultaron heridos ayer por disparos efectuados por palestinos en incidentes separados, informa France Presse.]

El secretario de EStado, Colin Powel, y el presidente electo israelí, ayer en Jerusalén.
El secretario de EStado, Colin Powel, y el presidente electo israelí, ayer en Jerusalén.REUTERS

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