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Buñuel, visto por sus amigos

La Academia del Cine dedica al cineasta aragonés un libro con 58 entrevistas, recuerdos y opiniones

Amelia Castilla

Coordinado por Marisol Carnicero y Daniel Sánchez Salas y editado por la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas con motivo del centenario del nacimiento del cineasta de Calanda, En torno a Buñuel reúne 58 recuerdos, opiniones y puntos de vista recogidos a partir de entrevistas con personas relacionadas con el cine. El libro, de 667 páginas (2.500 pesetas), incluye dibujos, fotos, cartas y documentos, y cierra el alud de actos (exposiciones, un disco-libro, reedición de sus guiones, ciclos de su cine, recuperación virtual de su archivo, conferencias...) que sobre el genial realizador aragonés se han venido celebrando a lo largo de 2000. El nuevo siglo seguirá siendo buñueliano: Carlos Saura le dedicará una película.

- Víctor EriceLa única vez que el realizador Víctor Erice vio rodar a Luis Buñuel fue en París, cuando dirigía Belle de jour (1966). Lo primero que llamó su atención fue su especial dedicación a los actores. "Rodeado de un reparto de nacionalidad francesa, era divertido observar cómo a veces les regañaba por la excesiva rigidez de sus actitudes, diciéndoles en castellano: '¡Parecéis soldados!'. No sé si ellos le entendían, pero era tal su expresión que obedecían sin rechistar", cuenta el director de El sol del membrillo.

Como observador de primera fila, Erice disfrutó de lo lindo en el rodaje de Belle de jour hasta que apareció Catherine Deneuve, la protagonista. "Cuando todo estaba listo para rodar la escena en la que, en enaguas, era el foco principal de la atención, la Deneuve llamó mediante un gesto a Buñuel y muy seria, sin dejar un momento de observarnos -¡qué vería en nuestros ojos, señor!-, le susurró algo. Con una sonrisa de oreja a oreja, el maestro se acercó para transmitirnos lo que la bella actriz le había pedido: 'Nada, que dice que os vayáis de aquí, que no puede rodar la escena si os ve", cuenta Erice en En torno a Buñuel.

También de ese rodaje, uno de los recuerdos más singulares del director de El sur se refiere a Paco Rabal, que en la película interpreta el papel de Hypolite, un gánster murciano. "Aunque su intervención tenía un carácter bastente secundario, Paco se dejaba caer con frecuencia por el plató, aunque no le tocara trabajar, reclamando la atención de Buñuel -a quien llamaba tío- a propósito de cualquier detalle de su vestuario o caracterización. 'Muy bien', le decía el tío al sobrino, 'está muy bien, Paco, ponte lo que tú quieras...'. Y así un día y otro. Paco, que se encontraba bastante solo, nos llevó a Antxón Ezeiza, a Paco Regueiro y a mí una noche entera, hasta el amanecer, por todos los garitos de París, a cuyas puertas llamaba gritando: '¡Soy Nazarín!'. Y lo más extraordinario era que las puertas inmediatamente se abrían".

- Amparo Soler Leal

Curiosamente, Amparo Soler Leal (Madrid, 1933) conoció a Buñuel a través de Fernando Rey, aunque Buñuel era bastante amigo de Alfredo Matas, marido de Soler Leal y coproductor de Ese oscuro objeto de deseo. La actriz participó en El discreto encanto de la burguesía, pero no en el papel de francesa rubia que el director le había ofrecido en principio. Una verdadera gabacha interpretó finalmente ese personaje. "Yo lo único que le puedo ofrecer a Amparo", le dijo Buñuel a Fernando Rey y éste después a Soler Leal, "es un fantasma que es muy divertido, porque a mí me gustan mucho los fantasmas. Si lo quiere hacer, bien, y si no, pues que no lo haga, porque tiene toda la razón: yo le he hablado de otro papel".

Soler Leal cuenta también en la entrevista realizada en En torno a Buñuel que el autor de Viridiana no hablaba casi nunca en su trabajo, pero que fuera de él era divertidísimo. "Tenía esa cosa tosca del campesino que huele las cosas y que intuye lo que está pasando. No era un hombre con grandes nostalgias. Creo que vivía mucho interiormente, para él. Era un hombre que tenía tanta imaginación, un mundo interior tan rico: eso de acostarse tan temprano, dormir en el suelo, vivir enfrente del cementerio de Montmartre... Creo que sus películas eran su mundo".

- Charo López

Charo López (Salamanca, 1943), que entonces tenía 25 años, hizo una prueba para hacer de virgen en La Vía Láctea, pero el encuentro no tuvo un final feliz. Corría 1968 y la actriz no tenía ni pasaporte para viajar a París. Solucionado el problema de los papeles, llegó al rodaje y encontró a Buñuel sentado en la típica silla de director: "¡Venga, venga usted!". "Mire, yo le daría el papel, pero estamos en Francia y hay que hacer pruebas". La actriz española esperó en la roulotte de Michel Piccoli hasta que la bajaron a la sala de maquillaje y la vistieron con un traje de crepé azul claro. "Buñuel me dijo: 'Mira para los lados, cruza los brazos, bájalos'. Y, de pronto, dijo: 'Está bien, está bién'. Se acercó y me dijo: 'Por mí, tú eres la Virgen. Quiero una Virgen española, como tú, así que esperemos".

Nueve días después, Charo López, que aún seguía en París esperando una respuesta, recibió una nota firmada por el sindicato francés diciendo que no se podía contratar a una actriz extranjera. La foto de la prueba se la mandó el propio Buñuel después, con una nota en la que lamentaba que no hubiera sido posible trabajar juntos. La actriz española reconoce en el libro que aprendió mucho de aquella derrota. "Después, cuando las cosas han venido difíciles, ya tenía yo la escuela hecha. Pero ése fue el primer palo que recibí".

- Carlos Saura

El director Carlos Saura (Huesca, 1932), una de las personas más allegadas a Buñuel, recuerda en una entrevista que ahora todo el mundo parece buñuelista, pero que en los años sesenta en España no había ninguna devoción por Buñuel. "Cuando hablaba de él en España me miraban como si fuera tonto. La primera vez que se pasó aquí Él, en la Escuela de Cine, todo el mundo dijo que era una porquería. Yo sé muy bien quién estaba allí y ahora hay gente que dice que Luis es una maravilla", dice Saura, que tiene previsto rodar el año que viene Buñuel y la Mesa del Rey Salomón, dedicada al cineasta.

- Teresa Rabal

Para Teresa Rabal (Barcelona, 1952), lo mismo que para sus padres, Paco Rabal y Asunción Balaguer, Buñuel era el tío Luis. Una noche, cuando ella tenía nueve años, durante una cena, el genial realizador se quedó mirándola: "¿Dejáis que la niña haga el papel de Rita en Viridiana?". La respuesta de sus progenitores fue afirmativa y la pequeña Teresa vivió su segunda experiencia cinematográfica (la primera fue en una película que se llamaba Ahí va otro recluta).

Tuvo que subirse a un árbol, ordeñar una vaca y beberse la leche, algo que le horrorizaba, pero fue una experiencia que todavía recuerda paso a paso. Además, su madre le compró un collar de perlas, que aún guarda, con las 5.000 pesetas que ganó en el rodaje.

- Lucía Bosé

La actriz italiana Lucía Bosé (Milán, 1931), que trabajó con él en Así es la aurora, lo compara con Pablo Picasso. "Eran dos personajes que me intrigaban mucho, creo que ambos tenían algo en común. Tenían esa cosa, esa fascinación de personajes muy introvertidos. Picasso te miraba mucho y yo le decía: 'Bueno, ya me has desnudado, ¿no?'. Porque te miraba y sentías que te desnudaba. Y con Buñuel también, era una cosa muy extraña".

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