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El condado de Palm Beach revisa todo el escrutinio tras detectar irregularidades

Un juez federal decidirá hoy si se paraliza el recuento manual tal como piden los republicanos

El condado de Palm Beach, en Florida, revisará a mano los más de 425.000 sufragios emitidos el pasado martes. A petición del equipo de Al Gore, se inició el recuento de una muestra del 1% en la noche del domingo. El resultado difiere considerablemente del escrutinio que daba a George W. Bush la victoria y, de extrapolarse, daría la victoria a Gore. Para saldar la discrepancia, las autoridades electorales decidieron revisar a mano todos los votos del condado. Los republicanos rechazan el recuento manual. Un juez federal ha convocado hoy a ambas partes y puede decidir si paraliza o no la revisión.

El condado de Palm Beach será clave para definir quién será el próximo presidente de Estados Unidos. A la vista de las cifras del recuento manual del 1% de los sufragios de Palm Beach, la junta electoral de ese condado decidió iniciar hoy un recuento total de sus más de 425.000 votos. Al anunciar su decisión, dijeron que, si se extrapolan los porcentajes del escutinio manual del 1% y se aplica el resultado al total, cerca de 2.000 votos que las máquinas no pudieron computar serían para Gore. Eso cambiaría drásticamente el marcador de votos, que ahora está en 327 a favor de Bush. El condado de Volusia inició ayer el recuento manual del 1% de los 184.000 votos recibidos y tiene previsto extender la revisión al total de los sufragios si el porcentaje de la muestra es desproporcionado, como en Palm Beach. Otros dos condados con anomalías, Broward y Miami-Dade, se disponen a iniciar el recuento manual esta semana.

Pero este recuento total a mano depende de una decisión judicial. Los republicanos se oponen y el juez federal Donald Middlebrooks ha convocado hoy a las partes para escuchar sus argumentos. La demanda de Bush pide a un tribunal federal que derogue la ley electoral de Florida para bloquear el recuento manual. Según los juristas, las probabilidades de que los tribunales federales se pronuncien sobre leyes de los Estados son escasas, ya que no tienen jurisdicción estatal y no hay ningún precedente en la historia de EE UU en que hayan intervenido. Si el juez federal devuelve el caso a los tribunales de Florida, hay cinco razones por las que los jueces pueden anular unas elecciones: un candidato inelegible, fraude, soborno, votos ilegales o frustración de la voluntad de los electores.

El recuento manual solicitado por los demócratas se basa en un precepto legal de Florida que establece un plazo de 72 horas para pedirlo. Los partidarios de Bush sostienen que el hecho de que se realice en cuatro condados con más votos demócratas perjudica a su candidato. Por ejemplo, en el condado de Duval, con mayoría de votos republicanos, también se anularon 26.000 papeletas por las mismas irregularidades que se dieron en Palm Beach, pero Bush no solicitó un recuento dentro del plazo de 72 horas, porque confía en que los cerca de 3.000 votos por correo del extranjero le favorezcan. En las elecciones de 1996, un 55% de las papeletas de ciudadanos en el exterior fueron para el candidato republicano, Bob Dole, y un 45%, para Bill Clinton.

Pese a la oposición del equipo de Bush al recuento a mano, se da la circunstancia de que éste aprobó hace dos años una ley en Tejas, el Estado del que es gobernador, que establece el recuento manual como el método "preferible" en caso de dudas. Pero en Florida le ha pedido ahora a un tribunal que bloquee el recuento manual alegando que se presta a manipulaciones.

James Baker, ex secretario de Estado que encabeza el equipo legal de George W. Bush, argumentó la contradicción: "La diferencia es que en Tejas hay normas para que el recuento manual sea objetivo, y en Florida, no. Nosotros retiraremos la demanda si el vicepresidente acepta que se pare el recuento para poner fin a este proceso", dijo en el programa Meet the press, en el que también participó Warren Christopher, el ex secretario de Estado que lidera el equipo de Gore.

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"Si el gobernador Bush no tiene miedo a perder en un recuento manual no debería poner objeciones. Nosotros estamos siguiendo la ley de Florida para que los votos de todos los ciudadanos cuenten. Ésa es la democracia", replicó Christopher.

Sus opiniones reflejaron las dos caras de un país profundamente polarizado, que esta semana entra en la recta crucial de la carrera contra el reloj y contra la paciencia para llegar a la Casa Blanca. El viernes se cumple el plazo para la recepción de votos por correo. El martes, una juez estatal celebrará una audiencia en una de las demandas populares sobre violación de derechos electorales. Ese mismo día, según la ley de Florida, los 67 condados deberían certificar sus resultados finales, algo que será imposible si prosigue el recuento manual de todos los votos en cuatro condados, a menos que hoy lo prohíba el juez de Miami.

El envite judicial de Bush se produjo, irónicamente, el día después de que su principal asesor, Baker, criticara a los demócratas por haber considerado una acción legal. Christopher aseguró ayer que no iban a contrademandar a Bush, pero se reservó el derecho de hacerlo en el futuro.

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