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Dos ataques guerrilleros causan decenas de bajas a las fuerzas de seguridad colombianas

Al menos 54 soldados murieron y 19 policías se dan como "desaparecidos" en los combates que se libran en el noroeste de Colombia tras un ataque de las FARC contra dos pueblos, Dabeiba, en la provincia de Antioquía, y Bagadó, en el Chocó. 22 perdieron la vida cuando un helicóptero, que viajaba como apoyo a la policía de Dabeiba, se estrelló al aterrizar. El Gobierno colombiano ordenó responder al ataque de las FARC con más de 1.600 hombres de varios batallones, de la contraguerrilla y de las fuerzas especiales. Estos combates ponen en peligro el proceso de paz.

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Aunque hubo versiones que señalaban que el helicóptero fue derribado por la guerrilla, el Ejército las descartó. En todo caso, los mandos militares dieron a entender que, previamente, el aparato pudo haber sido alcanzado por balas enemigas. 22 personas murieron al estrellarse el helicóptero. Otros 32 soldados murieron en los encarnizados combates. Ayer, el Ejército retomó por la mañana el dominio de esta zona considerada estratégica para el control de la región del Urabá antioqueño. "No entiendo por qué la guerrilla ataca con tanta saña a mi municipio", lamentó el alcalde de Dabeiba (580 kilómetros al noroeste de Bogotá), "tomada" por tercera vez en los dos últimos años. Como es habitual, la estación de policía, la iglesia, la alcaldía y varias construcciones del centro del poblado quedaron arrasadas. "Este pueblo quedó reducido en septiembre de 1998. Levantamos la cabeza y salimos adelante. Cuando creíamos habernos proyectado, nos ocurre esto. No sabemos qué vamos a hacer... Esta guerra no tiene sentido", agregó el alcalde de la población.

En Bagadó, población escondida en la selva del Chocó y sobre el río Andágueda, la situación continuaba siendo confusa ayer. Se sabe que unos trescientos insurgentes llegaron en la madrugada del jueves y que, horas después, se perdió toda comunicación. Dos suboficiales y l5 agentes de la policía permanecían desaparecidos.

"Yo viví lo que el pueblo campesino vive en medio de esta guerra despiadada", dijo a este periódico el obispo del Chocó, Jorge Iván Castaño. Al conocer la noticia de la toma, el obispo viajó hasta el lugar para conocer la situación. "Tenemos allí un colegio y varios sacerdotes".

Pero muy cerca de la población la guerrilla detuvo la embarcación y los obligó a internarse en el monte a esperar, junto a delegados de la Cruz Roja y otras personas que viajaban por el río.

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"Como a la media hora apareció un helicóptero del Ejército y empezaron esas ráfagas terribles; la guerrilla nos dijo que nos protegiéramos como pudiéramos. Oramos hasta que los ruidos se fueron alejando". Los voluntarios de la Cruz Roja resultaron heridos y todos fueron obligados a regresar sin haber entrado a Bagadó. "Sé que es un pueblo fantasma, pues la guerrilla prohíbe a la gente salir de la casa", explicó el prelado.

Fuentes de la policía dijeron a este periódico que, "al parecer", los guerrilleros permanecían ayer al mediodía en la población y mantenían como rehenes a algunos pobladores mientras ubican a los policías que, posiblemente, lograron escapar y esconderse en el monte.

Ayer también continuaba el drama de los más de quinientos desplazados de una aldea del Carmen de Bolívar, en la región del Caribe, que huyeron luego de que los paramilitares asesinaran, el pasado martes, a 14 campesinos.

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