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SANIDAD

La ley más avanzada muere de inanición

Milagros Pérez Oliva

Clonación, diagnóstico preimplantacional, terapia génica: la ciencia reproductiva avanza que da vértigo y España adopta la técnica del avestruz: esconde la cabeza bajo el ala. Doce años después de haber promulgado una ley considerada la más avanzada de Europa, la normativa se está quedando obsoleta por falta de actualización. Los centros de FIV acumulan 30.000 embriones congelados pendientes de destino y la investigación no progresa por el creciente vacío legal.La ley se promulgó en 1988 y hasta 1997 no se creó la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, encargada de actualizarla y de dirimir las cuestiones más controvertidas. Ahora, un año después de que la comisión, integrada por 25 miembros, aprobara su primer informe con indicaciones precisas de actualización de la ley en puntos tan relevantes como el destino de los embriones y el tiempo que puede permanecer congelado el esperma, las medidas propuestas siguen sin aplicarse. Y hay consenso sobre un segundo informe, centrado en la investigación sobre embriones, que debía presentarse en septiembre y no acaba de salir a la luz. Algunos miembros de la comisión se plantean no volver a ella si sus resoluciones no se aplican.

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En su primer informe, la comisión proponía ampliar el plazo de cinco años que la ley permite conservar una muestra de semen congelado. "Para los hombres que congelan la muestra antes de someterse a radioterapia por un proceso cancerígeno, cinco años es un plazo demasiado corto", explica Anna Veiga, presidenta de la Asociación para el Estudio de la Biología Reproductiva.

La ley establece también que no se podrán congelar ovocitos mientras no se demuestre que el procedimiento es inocuo. Se acordó aplicar unos programas piloto para certificarlo, pero para ello se requería que hubiera centros acreditados en los que realizar investigación, y ni siquiera se han desarrollado las normas de acreditación.

También se precisaba el destino de los embriones congelados, de modo que los que no pudieran donarse porque sus progenitores se oponen a ello o no se localizan, pudieran ser destinados a la investigación. "Muchas personas que se han sometido a FIV se resisten a donar los embriones sobrantes", explica Montse Boada, del Instituto Dexeus. "No soportaría ver un día en el metro a un chico que no conozco clavado a mis hijos", argumentaba un padre que acababa de tener dos niños por FIV. En cambio, estaba dispuesto a cederlos para la investigación.

En esta cuestión, la confusión es total. Algunos informes europeos consideran que España permite la investigación sobre embriones. La ley precisa que, en todo caso, la investigación se hará sobre embriones inviables y sólo en centros acreditados. Pero ni se ha definido qué se entiende por inviable ni se han dictado las normas de acreditación de centros investigadores. Sobre la cuestión de la viabilidad, hay controversia. "Hay embriones que son anormales pero viables. ¿Cómo lo enfocamos? Si hablamos desde el punto de vista biológico, inviable sería el embrión que carece de potencial para desarrollarse. Desde el punto de vista genético, en cambio, no se consideraría viable el embrión anormal, aunque tuviera capacidad para desarrollarse. Y aún habría un enfoque social: ¿es viable un embrión que, siendo normal, no quiere nadie?", pregunta Anna Veiga.

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