La inflamación de las coronarias desencadena el infarto
Influencia bacteriana
El proceso inflamatorio que sufren las arterias coronarias produce la ruptura de las placas arterioescleróticas, lo que desencadena la fomación de un trombo. La aterotrombosis se convierte así en la primera causa de infarto de miocardio, según expuso la investigadora Lina Badimón, directora del Centro de Investigaciones Cardiovasculares del hospital Sant Pau de Barcelona, en el XXII Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebró la última semana de agosto en Amsterdam (Holanda).Esta investigadora centra parte de su trabajo en estudiar la inhibición de la ruptura de la placa de ateroma que se deposita en el interior de las arterias coronarias (llamadas así porque rodean el corazón a modo de corona).
"Estamos profundizando", dijo, "en el conocimiento de los complejos mecanismos que disparan el proceso inflamatorio local y que pone en marcha el fenómeno trombótico, en el que participan plaquetas y fibrina. Una de nuestras líneas de trabajo es el estudio de los efectos del fármaco de investigación española trifusal, que es un antiagregante plaquetario, como la aspirina, pero que está demostrando un perfil de seguridad mayor al no presentar riesgo de hemorragia".
En este sentido se orientan también las investigaciones del cardiólogo argentino afincado en el Reino Unido Juan Carlos Kaski, que acaba de emprender un estudio internacional con Antonio Bayés de Luna, director del Instituto Catalán de Cardiología, para comprobar los efectos antiinflamatorios del triflusal, que ya ha demostrado en laboratorio su acción sobre la inflamación coronarias.
A juicio de Kaski, se observa que hay actividad inflamatoria en las coronarias de los pacientes que desarrollan un infarto y que la presencia de la bacteria Clamydia pneumoniae favorece la aparición de trombos, ya que "las células infectadas por este microorganismo presentan una mayor actividad trombogénica".Dolor u opresión en el pecho que no cede, palpitaciones, dificultad para respirar y desfallecimiento son los síntomas principales que, solos o en combinación, deben alertar de un infarto, según señalaron los expertos en este encuentro, que reunió a más de 4.000 cardiólogos.
Éstos destacaron la necesidad de consultar rápidamente al médico ante la menor sospecha de un infarto. Sobre este aspecto hicieron especial hincapié en la mujer, que suele consultar más tarde que el hombre y, sin embargo, suele sufrir un infarto más grave y con más alta mortalidad.
La edad media de presentación de un infarto en el hombre es de 67 años y en la mujer, de 75. Además, las mujeres suelen presentar enfermedades asociadas, como diabetes o hipertensión, que pueden complicar el infarto.
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