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Manifestantes unionistas abren fuego contra agentes de la policía del Ulster

Isabel Ferrer

El clima de enfrentamiento que se vive en Irlanda del Norte, tras la prohibición del desfile de este domingo de la Orden de Orange por el barrio católico de Garvaghy Road, en Portadown, vivió esta madrugada momentos extraordinariamente graves: manifestantes unionistas abrieron fuego contra los agentes de la policía del Ulster, quienes replicaron de igual manera. No hubo heridos, pero un portavoz de este cuerpo calificó el inicidente de "muy serio". La policía trataba de separar dos grupos rivales en Belfast cuando resultó atacada.

Poco antes, la Orden de Orange había efectuado un llamamiento a todos los protestantes del Ulster para que mostraran su rechazo al veto impuesto, por tercer año consecutivo, por la Comisión de Desfiles a la marcha que el domingo debía atravesar el barrio católico de Garvaghy Road. Esta convocatoria popular ha sido presentada como un gesto cívico, pero ya anoche se tradujo en una serie de choques entre manifestantes y agentes de la policía.El líder unionista David Trimble criticó ayer por igual a la Comisión, por prohibir la marcha, y a los violentos por lanzarse a la calle con cócteles molótov. Para evitar que las posturas se enconen más pidió a la Comisión y a los orangistas que intenten un arreglo.

El escenario de los enfrentamientos es la zona que rodea la iglesia de Drumcree, aunque también se produjeron choques en Tiger Bay, en Belfast. De Dumcree partirán los orangistas este domingo tras un oficio religioso en memoria de los norirlandeses caídos en la batalla librada en el Somme (Francia) en 1916, una de las más crueles de la I Guerra Mundial.

Como la Orden no ha logrado ponerse de acuerdo con los vecinos de Garvaghy Road (al este del Ulster) para poder atravesar la calle de forma pacífica, la Comisión de Desfiles le ha cerrado de nuevo el paso. La decisión fue anunciada el lunes. Desde entonces, decenas de jóvenes unionistas han lanzado piedras, bombas incendiarias y hasta fuegos artificiales contra la policía que monta guardia junto a la calle y el templo.

Uno de los momentos más tensos lo protagonizaron la noche del lunes al martes tres paramilitares protestantes vestidos con el uniforme de la Loyalist Volunteer Force (LVF). Con el rostro oculto por un pasamontañas criticaron "la erosión" de sus derechos, para luego gritar: "No nos rendiremos". La ráfaga de tiros disparada al aire y aplaudida por el público hace temer a la policía que el desfile acabe en una batalla campal, como la que obligó en 1998 a la Comisión de Desfiles a prohibir la entrada al barrio católico de Portadown. En 1999 no hubo disturbios.

El hecho de que Johnny Adair, antiguo comandante del grupo terrorista Ulster Freedom Fighters (UFF), apoyara el martes con su presencia la advertencia de los paramilitares, ha extremado aún más la vigilancia. Adair salió de la cárcel tras los acuerdos del Viernes Santo y viajó desde Belfast con 80 seguidores.

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La Orden de Orange ha pedido a sus miembros que guarden la compostura y ha anunciado también que está dispuesta a "ignorar el veto de la Comisión de Desfiles". Antes de reclamar apoyo para su causa, David Jones, portavoz de la Orden, repudió la oferta de la Comisión de negociar con los vecinos de Garvaghy para poder cruzar la calle en el plazo de tres a ocho meses.

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