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Los medios amenazados piden ayuda a Europa

Andrés Ortega

"Ahora o nunca; y como nunca es una estupidez, tiene que ser ahora", señaló Javier Solana, alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, en un intento de fomentar un apoyo de los grupos de comunicación europeos a los medios independientes de Serbia, más amenazados que nunca por el régimen de Milosevic, como ha demostrado la represión de los últimos tiempos y el cierre de la emisora de televisión Studio B, y de paso, por segunda vez, la de la radio B2-92, que ha seguido emitiendo gracias al satélite y a una red dispersa de emisoras. Respondiendo a esta iniacitiva, varios medios europeos -entre ellos PRISA y EL PAÍS- han decidido constituir un "marco de solidaridad" y una "red virtual de apoyo", para ayudar a los independientes serbios, con medidas concretas en breve. Es parte de la ayuda que debe la sociedad civil de Europa central y occidental a la democratización de Serbia.Solana, quien más de un año atrás ordenara el bombardeo de Serbia, incluyendo su televisión estatal, durante la guerra de Kosovo, parece haber recuperado credibilidad desde su nuevo cargo de Mister Pesc entre, al menos, la oposición y los medios independientes en Serbia que han acudido a Bruselas. Ayer recibió a una delegación de serbios de Kosovo presidida por el arzobispo Artemje.

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El alto representante reunió en una cena el jueves por la noche a representantes de organizaciones de medios serbios e internacionales, de organizaciones, de la Fundación Soros y representantes de diarios, radios y televisiones como EL PAÍS y PRISA, la BBC -que ya ha venido prestando apoyo-, Le Monde, Radio France Internationale, Bertelsmann, Financial Times, Deutsche Welle o La Repubblica. Asistió el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Janos Martony, que viajó a Bruselas con este único propósito.

Solana también convocó ayer una amplia reunión en la que estuvieron presentes representantes de una veintena de medios serbios indendientes. La Asociación de Medios Privados (ATM) y la Asociación de Medios Independientes Electrónicos (ANEM) han presentado una lista de necesidades, que incluyen desde papel y rotativas para los medios escritos, hasta transmisores para la radiodifusión y otros medios técnicos confiscados por el régimen. Y, desde luego, fondos para apoyar las demandas legales contra el regimen de Milosevic y pagar las multas que impone, o como ayuda humanitaria para sostener a los periodistas represaliados y sus familias, que en un 75% viven en situaciones que bordea la pobreza, según estos representantes.

Ahora bien, si hay ayudas estructurales que deben llegar a los medios serbios -pero que tardan, dada la lentitud de la burocracia de algunas instituciones europeas-, la situación creada en los últimos días y semanas obliga a acciones de solidaridad inmediata. "Es una cuestión de supervivencia", según Radomir Diklic, presidente de la ATM y director de la Agencia Beta; de sobrevivir ahora, y de prepararse para el cambio de régimen, según Gordana Susa, presidenta de la Asociación de Periodistas Independientes de Serbia.

En un "acto de valentía", como lo describió el comisario Chris Patten, asistieron también a la mesa redonda Nebojssa Ristic, encarcelado un año por publicar un póster pidiendo la libertad de prensa; Sasa Mirkovic, director gerente de B2-92; Dragan Kojadinovic, director de la clausurada Studio B; o Peter Kolbel, director del diario Blic que se sigue publicando a duras penas y con cada vez menos páginas.

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En general, los propios serbios consideran esencial que las noticias y programas, incluso si tienen que llegar a emitirse desde fuera, se elaboren desde dentro de Serbia, pues de otro modo, incluso si llegan a la población, pierden credibilidad. Por eso la ayuda debe ser políticamente neutra. Como dijo uno de los participantes, no se trata de derrocar a Milosevic -que ha elegido luchar contra la oposición atacando los medios independientes con toda suerte de medidas, desde el cierre a las multas, pasando por las amenazas, e incluso un asesinato-, sino de crear las condiciones en las que en unas elecciones, él y los suyos puedan perder el poder. Y para ello, la televisión y la radio, conectados a menudo en redes en Serbia, así como los medios impresos han de ser serbios, y sus contenidos también. Naturalmente, las necesidades de los medios no son las mismas según se trate de televisión, radio o prensa escrita. Internet no es, por ahora, un factor importante en Serbia, aunque cuente a la hora de establecer redes de relaciones.

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