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Las editoriales españolas descubren a los autores africanos que escriben en castellano

La novela es el género más común entre los escritores subsaharianos afincados en España

España empieza a publicar a autores africanos que escriben en lengua castellana. María Msue Angüe, Donato Ndongo, Indongo-Vi-Makomé, Justo Bolekia, Francisco Zamora, Ahmed Daoudi, Mbuyi Kabunda, Abdel Hamid Beyuki, Mohamed El Gheryb o Agnes Agboton son algunos de sus nombres. Sus orígenes abarcan Guinea Ecuatorial, ex colonia española, Marruecos, Camerún, la República Democrática del Congo o Costa de Marfil. A través de sus libros podemos contemplar el corazón de unos países complejos y desconcertantes para la mente occidental tradicional.

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Lo único que iguala a estos autores es que narran en español y consideran a ésta su lengua. Angüe es una de las primera escritoras de la zona del Golfo de Biafra. Es poetisa, narradora, novelista y cronista de política internacional. Vino a España cuando tenía ocho años. Aquí realizó sus estudios secundarios y en Somalia los universitarios, para redescubrir Guinea Ecuatorial, su tierra natal, a los 21. Su colección de relatos, Los dioses perdidos, es su obra más reciente. "Yo las llamo leyendas porque no soy historiadora. Todo el material que he recopilado procede de la tradición oral, de lo que las mujeres han continuado cantando a pesar de la dictadura", explica la autora cuya novela Ekômo (Unef) publicada en 1986 acaba de ser traducida al francés.Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial, El comercio español con África, Antología de la literatura guineana y Las tinieblas de tu memoria negra, finalista del premio Sésamo de literatura, son algunas de las obras del, también, guineano Donato Ndongo, quien como María forma parte de la inmigración intelectual subsahariana asentada en España. "Pronto saldrá la continuación de la Antología de la literatura guineana", explica este autor que, tras llegar a España en 1965, decidió volver a su país veinte años después como director adjunto del Centro Cultural Hispano-Guineano en Malabo, donde estuvo hasta 1992. En esa fecha fue nombrado delegado de la agencia EFE, una ocupación que tuvo que dejar en 1995. "Era difícil ejercer el periodismo en un país sin libertades", aclara.

¿Qué nos aportan estos autores? ¿En qué se diferencian de los escritores españoles? "Nos regalan una visión distinta del mundo. Sus obras son complejas pero llenas de sencillez y esto puede desconcertar a un lector que se acerca a ellos por primera vez. Pueden parecer planas, pero al final descubres que están cargadas de significado y sus conclusiones te deslumbran", explica Miram Tey, directora de Del Bronce, editorial especializada en literatura no occidental.

"Aportan luz y conocimiento. Sus obras son capaces de alimentar nuevas percepciones, sonidos, olores. Nuevos mundos en nuestras mentes occidentalizadas. Aportan mestizaje, futuro", detalla Manuel Blanco, director de Vosa, responsable de la edición de La transición en Marruecos, del marroquí Abdel Hamed Beyuki y de Dormir al raso, de Pascual Torregrosa y el marroquí Mohamed El Gheryb. "Nos conceden la oportunidad de leer textos rigurosos sobre la realidad africana actual", señala Basilio Rodríguez Cañada, codirector de la colección Casa de África de Sial.

La novela, seguida por el cuento, la poesía y el ensayo, es el género más común de los autores subsaharianos que escriben en español. Próximamente se publicará Inmigración africana: tragedia y esperanza, ensayo del camerunés Inongo-Vi-Makomé, quien también llegó a España a finales de los sesenta, con el fin de continuar sus estudios de bachillerato e iniciar Medicina. Su lengua primigenia es el batanga, mientras que María Msue es bantú y Donato Ndongo, fang.

El caso de Inongo es, al menos, curioso. Su segunda lengua es el francés, porque el Camerún fue un protectorado de Francia. Pero Inongo emigró a Guinea Ecuatorial de niño y luego a España. Y hoy, piensa y escribe en castellano.

Si Inongo-Vi-Makomé exige una reflexión y una renovación del debate sobre el problema de la inmigración en España y en Europa en su ensayo Inmigración africana: tragedia y esperanza, Mbuyi Kabunda Badi, profesor del máster europeo de Derechos Humanos y Democratización en África de la Universidad de Deusto, expone en El nuevo conflicto del Congo. Dimensión, internacionalización y claves (Sial) una realidad congoleña que reclama la atención y la comprensión de todos, y una urgente solución para lograr la convivencia pacífica que haga posible la creación de escuelas.

Mbuyi Kabunda, María Msue, Donato Ndongo, al igual que Abdel Hamid Beyuki, Mohamed El Gheryb, estos últimos autores marroquíes que viven en España, vislumbran un futuro mestizo y algunos como Mbuyi Kabunda piensan que este "futuro será mestizo o no será".

La transición en Marruecos y Dormir al raso, son las obras escritas por Abdel H.Beyuki y por Mohamed El Gheryb, respectivamente. La primera, nos sitúa en el centro de los problemas sociales y políticos de Marruecos y nos ayuda a comprender sus causas. La segunda, como si fuera un reportaje, nos coloca en las zapatillas del inmigrante marroquí sin tapujos, poniendo al descubierto sus miserias y grandezas, además de las mafias que desangran a esta gente que lucha por una vida más digna.

Otros autores marroquíes que escriben en español son Nouman Aoraghe, Ahmed Daoudi y Abdel H. Beyuki, ambos treinteañeros, y M. E. Gheryb, de 24 años. Ahmed Daoudi ha escrito El diablo de Yudis (Vosa). Una obra en donde la vida del zoco se mezcla con las necesidades del inmigrante. Aoraghe ha estrenado en Toledo la obra de teatro Ardor y con su próxima obra, El grito de la montaña, participará en el Festival de Teatro del Mediterráneo y en el de Aviñón.

"Hago teatro alternativo. Hablo de la inmigración como refugio, como desarraigo, como búsqueda de otra tierra para huir de la represión. Englobo muchos significados en la palabra inmigración. También hablo de mi tierra beréber, del problema de la mujer, de las pateras. Mi región, el Rif, ha dado muchos inmigrantes. Hablo de política", cuenta Aoraghe para quien España representa la libertad, algo que no ocurre en su país.

"España debe prestar más atención a los autores africanos. Debe alcanzar la madurez de Francia en este sentido, tanto en la literatura como en la música. No debe permitir que haya aquí un autor que escriba en castellano, pero que ha sido publicado por una editorial francesa. Algo que ya está comenzando a ocurrir", añade Aoraghe, quien ha traducido la obra de Fernando Arrabal al árabe.

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