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Greenpeace entra como accionista en Shell para forzar inversiones 'verdes'

La organización ecologista Greenpeace anunció ayer la adquisición de una participación en el accionariado de la compañía petrolera Shell Royal Dutch, por valor de 250.000 euros (41,6 millones de pesetas), con vistas a presionar a la empresa para que aumente sus inversiones en energía solar. Greenpeace ha comprado la cantidad mínima exigida para tener derecho a intervenir en la junta de accionistas que se celebrará el próximo día 9 de mayo, según ha declarado su portavoz, Sander van Egmond: "Queremos decir al resto de los accionistas que Shell debe invertir más en energía solar y que es posible obtener beneficios de ella".Greenpeace encargó a la consultora KPMG que indagara sobre las posibilidades del mercado energético solar. La consultora dice que esta energía alternativa tiene un nivel de retorno de las inversiones del 15%. Además, los costes de producción de los paneles solares se reducirán considerablemente cuando se fabriquen masivamente.

Un portavoz de la compañía petrolera holandesa, que en noviembre inauguró en Alemania la planta de producción de paneles solares más grande de Europa, ha declarado que la empresa se felicita del movimiento de Greenpeace y confían en que se inicien conversaciones en el futuro sobre la división de renovables de Shell. Pero para que la compañía despegue en la producción de paneles solares, el mercado tendrá que masificarse. De momento, la división de paneles solares de Shell no gana dinero. "Un mercado debe incentivar a los consumidores a que compren un producto porque les gusta, porque hay incentivos fiscales. Por el mero hecho de construir una megafábrica, no se consigue", añadió el portavoz de Shell.

Persuadir a los accionistas

Según José Luis García Ortega, encargado de campaña de energía solar de Greenpeace España, esta iniciativa pretende forzar a las grandes petroleras a tomar decisiones sobre otras fuentes energéticas que están ahí y que hasta ahora no se habían planteado sondear. También pretenden persuadir a los propios accionistas a que sean ellos mismos quienes tomen las decisiones. En todo caso, no es la primera vez que se da un paso así. Greenpeace del Reino Unido también ha tomado una participación en BP con el mismo objetivo. "En ambos casos, el planteamiento que se hace es exigir desde la junta de accionistas que las inversiones para los programas no se limiten a proyectos petrolíferos y se apueste por la energía solar; en concreto, por desarrollar una fábrica de paneles solares que tenga una envergadura suficiente para que el coste de la energía generada sea similar a la de la convencional y sea competitiva, informa I. G. M.

García Ortega concluyó: "Lo que hace falta es que estas grandes compañías abandonen su retórica verde y sean coherentes. Hablan de su compromiso con el medio ambiente mientras sus inversiones se dedican a desarrollos petrolíferos".

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