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Los hosteleros consideran un éxito la huelga contra la SGAE

La Federación Española de Hostelería (FEHR) calificó ayer como un éxito su jornada de silencio, que consistía en mantener apagados los aparatos de radio y televisión en sus establecimientos para protestar por el canon, sancionado en la Ley de Propiedad Intelectual, que se paga a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y otros entes de gestión por la comunicación pública de música e imágenes en sus locales. Los hosteleros aducen que ellos sólo tienen aparatos de recepción, y que el derecho de comunicación pública lo pagan ya las emisoras.Según el responsable del área de bares de la FEHR, el segoviano Angel Velasco, de un total de 300.000 bares y cafeterías integradas en la federación se sumaron a la protesta unos 270.000 locales, en torno al 90%.

La FEHR sostiene que la jornada de protesta contó con la solidaridad de otros establecimientos públicos ajenos a la hostelería, sectores como los taxistas, "que son conscientes de que mañana también les puede tocar pagar a ellos", afirmó Velasco.

Los hosteleros afirman que no se niegan a pagar derechos de autor por uso voluntario cuando la oferta de sus establecimientos está basada en la música, como las discotecas o los bares de copas, por ejemplo, un concepto por el que la SGAE recauda anualmente más de 4.000 millones de pesetas. Sin embargo, se niegan al pago por la recepción de emisiones libres, en las que no deciden acerca del contenido de los programas que emiten las cadenas.

Sentencia

Actualmente hay más de 12.000 pleitos abiertos en los juzgados por este motivo, y la mayoría de los casos que han sido sentenciados han dado la razón a la SGAE. Velasco mostró ayer su satisfacción por una reciente sentencia a favor de un bar de Segovia, la segunda que se produce en un año. El juez, Jesús Marina Reig, sostiene que "la existencia de la televisión, incluso encendida, no implica acto de comunicación".

Javier Trujillo, director del Departamento de Comunicación Pública de la SGAE, declaró ayer a este periódico que la FEHR "prosigue con su campaña de infundios consistente en protestar contra un derecho lógico y ajustado a la ley mediante el montaje de un ficticio clamor social contra los autores".

Para Trujillo, la protesta de ayer no oculta la realidad: "Que miles de bares y hoteles llevan años cumpliendo con su obligación legal, sancionada por todos los jueces y normativas europeos, de entregar una cantidad testimonial a los autores a cambio de la difusión pública de sus obras". Trujillo cree que la postura de la FEHR pone en peligro una ley "progresista" y trata de situar a la sociedad en pie de guerra contra los autores.

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