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EL INCIERTO FUTURO DE UNA EX COLONIA

El Polisario pide a Mohamed VI que sus "buenas palabras se traduzcan a hechos"

Abdelaziz se resiste a reconocer el cambio que vive Marruecos tras la muerte de Hassan II

"Hace falta que las buenas palabras de Mohamed VI tengan una traducción a hechos sobre el terreno que por ahora no vislumbramos". Mohamed Abdelaziz, el secretario general del Frente Polisario, no confía en que los nuevos aires que soplan en Marruecos tras la entronización del nuevo rey lleguen hasta el Sáhara. Prueba de ello es, según el líder independendista, que Rabat vuelve a torpedear la celebración de un referéndum de autodeterminación. Las reservas marroquíes y el cansancio de la ONU hacen, según fuentes diplomáticas, que el proyecto de la consulta se desvanezca.

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En su primera entrevista desde el acceso al trono de Mohamed VI, Abdelaziz mide más sus palabras que en anteriores ocasiones, consciente, acaso, de que el nuevo rey de Marruecos goza de grandes simpatías en Occidente. Su mensaje, sin embargo, apenas ha cambiado."La política del nuevo monarca está salpicada de gestos que pueden tener una significación positiva en su país e incluso en el exterior, pero en el Sáhara no se aprecian modificaciones sustanciales", se lamenta Abdelaziz, de 50 años, que asiste en Las Palmas a una conferencia de solidaridad con su organización.

Su principal desilusión es ahora, declara a EL PAÍS, "los nuevos obstáculos que ha puesto Marruecos al referéndum". Recurre, según Abdelaziz, "a la estrategia de las apelaciones", con las que intenta que Naciones Unidas amplíen su lista provisonal de 84.000 saharauis con derecho a voto en la consulta sobre un total de 147.000 aspirantes.

Nada menos que 79.000 recursos acaban de ser presentados contra el censo de la ONU. El 96% de esas reclamaciones tienen su origen en Rabat, que luchó además con éxito para que otras 65.000 personas, pertenecientes a tres tribus que el Polisario no considera saharauis, sean examinadas por la comisión de identificación.

"En alguno de sus discursos, el rey ha expresado su compromiso con el plan de paz de la ONU, pero estas trabas demuestran que no hay voluntad política de respetar los plazos previstos", denuncia Abdelaziz, que dirige el Polisario desde 1976.

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Convocado por primera vez para 1992, el referéndum estaba ahora previsto para el 31 de julio del 2000, pero la multiplicación de las apelaciones obligará a aplazarlo, según ha dado a entender Kofi Annan, el secretario general de la ONU, en un año. El ministro del Interior marroquí, Dris Basri, vaticinaba esta semana que el retraso será de "dos a tres años".

Más medios

La ONU tiene también, según Abdelaziz, parte de responsabilidad en la demora. Duda de que deba admitir a trámite buena parte de las apelaciones, y, sobre todo, cree que podría poner más medios, humanos y técnicos, sobre el terreno para trabajar más deprisa. "Si se pone toda la carne en el asador, sería posible celebrar la consulta en el 2000", asegura.Los responsables del Frente se reunieron en 1996 en Rabat con el príncipe Sidi Mohamed, ahora rey, y Basri. ¿Conservan de él el recuerdo de un hombre dialogante? "No se puede emitir un juicio sobre la persona, sino sobre el resultado de aquel encuentro, que fue nulo", contesta. "De todas formas, el príncipe heredero no estaba facultado para decidir".

A Abdelaziz no le impresiona que por primera vez la prensa marroquí se haga ampliamente eco de las protestas en El Aaiún y recoja las críticas contra Basri; que miembros del Gobierno de Rabat admitan públicamente que existe un divorcio entre los poderes públicos y los saharauis.

"Lo importante no es que los políticos reconozcan la evidencia, lo importante es la solución que están dispuestos a darle", contesta imperturbable. "Y no observo que sobre el meollo de la cuestión haya un cambio de actitud". Asegura que tres saharauis han muerto a causa de la violencia policial.

También le deja casi insensible que varios responsables de la represión hayan sido destituidos y algunas de las reivindicaciones sociales de los saharauis satisfechas. "Me pregunto si no es un cambio de métodos para lograr el mismo objetivo: anexionarse el Sáhara", comenta.

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