Un obispo francés, acusado de encubrir a un cura pederasta
Monseñor Pierre Pican, obispo de Bayeux (Normandía), se ha situado en el centro de un escándalo sobre la presunta incompatibilidad de la doble obediencia, es decir, de su obligación de someterse a las leyes del Estado francés al mismo tiempo que a las de la jerarquía eclesiástica. Según sostiene un abogado especializado en protección de menores, monseñor Pican sería depositario, desde abril de 1997 y bajo secreto de confesión, de la revelación de innumerables actos de "violación y agresión sexual" realizados por el sacerdote René Bisset. Desde otoño de 1998, el padre Bisset está encarcelado en Caen, en espera de juicio."Nos hemos querellado contra el obispo por no haber denunciado esas violaciones y abusos", ha explicado Jean Chevais, abogado de la asociación L'Enfant Bleu, especializada en la protección de menores de edad que han sido víctimas de cualquier tipo de maltrato.
De acuerdo con la versión de esa asociación y de su abogado, las violaciones y agresiones sexuales cometidas por el sacerdote se escalonarían a lo largo de casi veinte años. Un total de 15 niños acusan hoy al padre Bisset.
El obispo Pican niega haber sabido de las actividades delictivas de Bisset. Para el abogado es muy sospechoso que el padre Bisset fuera trasladado de diócesis después de una entrevista con Pican, y justo cuando empezaban a crecer los rumores sobre sus actividades sexuales.
Éste es el primer caso de pedofilia en Francia que afecta, indirectamente, a un obispo. En Bélgica, en 1998, el cardenal Godfried Daneels, arzobispo de Bruselas, conoció una situación parecida. Un abad pederasta se amparó tras él y el secreto de confesión. El cardenal fue considerado civilmente responsable y tuvo que indemnizar a las víctimas.
En el momento de la detención, el padre Bisset estaba en la cama con un menor de edad. Ese dato sirve para que la acusación pueda afirmar que la acción del obispo, "además de no denunciar lo sucedido", tampoco sirvió para proteger a los niños.
