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Los líderes de la OLP discuten el aplazamiento de la proclamación del Estado palestino

El 4 de mayo ha dejado de ser una fecha sagrada para el pueblo palestino. La cúpula dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) inició ayer en Gaza un debate para aplazar la proclamación del Estado de Palestina, que el presidente Yasir Arafat había previsto llevar a término dentro de una semana, al finalizar el periodo interino contemplado en los Acuerdos de Oslo. La UE y EEUU han pedido que se demore el pronunciamiento un año, y la cúpula palestina, incluido Arafat, está dando muestras de inclinarse por aplazar la declaración.

"Sí al Estado, no a un aplazamiento". Varios centenares de militantes radicales acogieron ayer con pancartas y gritos de protesta la llegada al Palacio de Gobierno de Gaza de los 124 miembros del Consejo Central de la OLP, quienes en los próximos días deberán debatir la conveniencia de aplazar la proclamación del Estado de Palestina. Y todo indica que se producirá el aplazamiento: "No creo que debamos tener prisa por concretar nuestro Estado: debemos caminar con cuidado para no cometer errores", afirmó Arafat en la apertura de la reunión, según la agencia de noticias palestina Wafa. La solicitud de aplazamiento ha sido formalmente requerida por la Unión Europea y por Estados Unidos, quienes coinciden en reclamar un paréntesis de un año, en el transcurso del cual el presidente Bill Clinton se ha comprometido a convocar una cumbre trilateral -Estados Unidos, Israel y palestinos- con la que se culmine el proceso de paz, se eluda la proclamación unilateral del Estado y no se interfiera en la campaña de las elecciones generales israelíes, previstas para el próximo 17 de mayo.

La reunión iniciada ayer en Gaza contó con la ausencia del número dos de la OLP, Mahmoud Abbas, el supuesto delfín de Yasir Arafat, quien se encuentra internado en Estados Unidos para ser tratado de un tumor de próstata. La ausencia de Mahmoud Abbas se vio compensada, sin embargo, por la presencia de varios dirigentes islamistas de Hamás, entre ellos el jeque Ahmed Yassin, quienes aceptaron asistir a la cumbre en calidad de observadores.

La presencia de los dirigentes fundamentalistas de Hamás en la reunión de la OLP -de la que no forma parte- fue pactada entre el jeque Yassin y Arafat, después de que el presidente palestino acordara la liberación de tres militantes radicales islamistas acusados de haber participado en diversos atentados contra Israel, que causaron 58 muertos. En este pacto Hamás se ha comprometido, también, a decretar un alto el fuego hasta después de las elecciones israelíes, evitando así dar bazas electorales al partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, según se aseguraba ayer en círculos políticos de Jerusalén.

La reunión del Consejo Central de la OLP iniciada ayer, y prevista en principio para una sola jornada, volverá a reanudarse en la mañana de hoy y podría prolongarse durante varios días, dando así tiempo a los israelíes para que celebren con tranquilidad sus elecciones generales y permitiendo a los palestinos adoptar una decisión definitiva después de conocer el nombre del nuevo jefe de Gobierno. Una estrategia dilatoria anunciada por Arafat en el primer día de la la reunión de los ministros y difícil de comprender por un pueblo que se niega a aceptar nuevos aplazamientos y reclama en voz alta "el Estado ahora".

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