Las policías de México y Estados Unidos buscan al exgobernador de Quintana Roo acusado de narcotráfico

Gobernador de Quintana Roo hasta este lunes, el turbio político oficialista Mario Villanueva permanece en ignorado paradero, y es perseguido por policías de México y Estados Unidos por sus supuestos vínculos con el narcotráfico. Por primera vez en la historia mexicana, un gobernador saliente, el prófugo, no acudió a la investidura de su sucesor, Joaquín Hendricks, también militante del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder desde hace siete decenios. De acuerdo con informes de la Procuraduría General de la República (PGR, la fiscalía), Quintana Roo, Estado que alberga el balneario de Cancún, fue convertido por el cartel de Juárez en trampolín de sus operaciones hacia el mercado norteamericano.Mario Villanueva, hasta el lunes amparado por sus fueros de gobernador, dice ser un perseguido político. Sin embargo, su tren de vida, su sospechoso inventario de propiedades y la denunciada amistad con el capo del narcotráfico Ramón Alcides lo hicieron reo hace tiempo. Todo parece indicar que había elementos para procesarle, pero se retrasaron las acciones judiciales por razones todavía no explicadas, probablemente de oportunidad política, a la espera del momento adecuado, que coincidió con la terminación de su mandato. El zar mexicano antidrogas, Mariano Herrán, cursó en su contra 28 cargos, cuya investigación afecta también a 38 empresarios, sospechosos todos ellos de haber blanqueado capitales de los mafiosos despachantes de toneladas de cocaína hacia EE UU.

"Mi posición política tuvo como resultado una serie de acciones en mi contra para presentarme como narcotraficante e incluso como adicto", señaló el ex gobernador.Mientras tanto, agentes mexicanos y estadounidenses investigan la procedencia de sus fondos en cuentas abiertas en el extranjero. Junto con el gobernador saliente huyeron su esposa e hijo, su guardaespaldas y el director de la Policía Judicial del Quintana Roo, Agustín Bello.

El abogado del exfuncionario priísta, Raúl Cárdenas, reconocía tácitamente la fuga de su defendido al declarar que si decidió abandonar el país es porque siente que su defensa será más fácil en el extranjero que en México.