Los demócratas quieren a Hillary senadora
Hillary Clinton y Elizabeth Dole, las esposas de los dos principales candidatos en las elecciones presidenciales de 1996, podrían ser las grandes protagonistas de los próximos comicios norteamericanos: los de noviembre del 2000. Los diarios de Nueva York y Washington publicaron ayer amplias informaciones sobre el deseo de los demócratas de la Gran Manzana de que Hillary Clinton aspire en el 2000 al sillón de senador que abandonará el veterano Patrick Moynihan. "Entre los votantes neoyorquinos no hay en estos momentos una figura más popular que la primera dama", dice la líder demócrata Judith Hope. "La primera dama", agrega el congresista neoyorquino Charles Rangel, "es un ser humano excepcional, con un gran conocimiento de la política nacional e internacional". Hillary Clinton, convertida en la única figura positiva en el caso Lewinsky, ha hecho saber que no está interesada en luchar por el sillón de senador por un Estado, Nueva York, en el que nunca ha vivido. E insiste en que en noviembre del 2000, fecha electoral, piensa apurar sus últimos meses en la Casa Blanca al lado de su esposo. Pero nadie da esta respuesta por definitiva. Hillary tiene ambiciones políticas propias y bien podría aceptar la oferta neoyorquina o presentarse a senadora por su natal Illinois. Elizabeth Dole, la esposa de Bob Dole, quien fracasó ante Clinton, dimitió a comienzos de esta semana como presidenta de la Cruz Roja norteamericana, lo que fue interpretado como un paso para explorar sus posibilidades de convertirse en candidata del partido del elefante a la Casa Blanca en el 2000. Elizabeth Dole, muy admirada por los norteamericanos y con una carrera política propia, no ha presentado todavía su candidatura, pero de hacerlo levantaría un serio obstáculo ante el principal aspirante republicano, George Bush, gobernador de Tejas e hijo del presidente del mismo nombre.
