Hillary se apunta un tanto
Después de todo, puede que sí quede un títere con cabeza en el gran guiñol surrealista que se ha escenificado en Washington en los últimos meses. Se trata de Hillary Rodham Clinton, la esposa del presidente, de la que desde el día de su llegada a la Casa Blanca en 1992 ya se sospechaba que acabaría entrando en la historia, pero por su propio pie.Haber sobrevivido a la carnicería del escándalo Lewinsky es quizá la mayor proeza que se ha apuntado Hillary en su carrera. Y no es que sólo lo haya sobrevivido, es que su personalidad y su futuro político han salido reforzados. Ella, que en todo este proceso jamás ha querido dar lástima a nadie, aparece ahora rejuvenecida, moderna, como una intelectual independiente. Y lo ha hecho sin un ápice de frivolidad. Sin escapar de su compromiso. Ayer, Hillary Clinton convocó al grupo parlamentario demócrata antes de iniciarse la votación y le pidió un esfuerzo final en pro de la constitucionalidad y la dignidad del proceso. Fue un soplo de inspiración para un partido que por momentos pierde toda esperanza. Alcanzan además su máximo eco los rumores sobre una posible candidatura de Hillary Clinton al Senado o incluso a la presidencia de Estados Unidos.
