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Gótico tardío, bodas vistosas

San Jerónimo el Real ha cumplido la función que habría cumplido una inexistente catedral gótica de Madrid. El conjunto, que ocupa unos 5.000 metros cuadrados, se encuentra entre las calles de Ruiz de Alarcón, Moreto, Academia y Casado del Alisal, en una de las zonas monumentales de Madrid con mayor personalidad. En las inmediaciones del Retiro y sobre el Museo del Prado, junto a la Real Academia y no lejos del casón del Buen Retiro y del Jardín Botánico, ocupa bellamente un alto que se divisa desde el centro de la ciudad. Por sus inmediaciones circulan cada año millones de turistas.El templo, levantado en su actual emplazamiento en el año 1503, había sido edificado presumiblemente por el arquitecto Enrique Egas. El paraje elegido fue un alto situado sobre el arroyo de Valnegral, que discurría en las inmediaciones del hoy Paseo del Prado. Constaba de iglesia y claustro. Ambos elementos fueron modificados a lo largo del tiempo, según modas y diseños diferentes, pero globalmente el conjunto ha conservado semejanzas evidentes con el monasterio de San Juan de los Reyes, templo gótico tardío de estilo isabelino de la ciudad de Toledo. Con el tiempo, su claustro inicial fue sustituido por otros dos, de los cuales queda uno, de estilo plateresco, edificado en el siglo XVII y muy similar al del paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Su autor fue Miguel Martínez.

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El claustro de los Jerónimos aporta el espacio necesario para el 'Prado definitivo'

Torres añadidas

Las dos torres fueron añadidas durante la restauración del arquitecto Narciso Pascual i Colomer, en 1855-1859. Cinco lustros después, el interior del templo fue restaurado por Enrique María Repullés.Mil vicisitudes históricas afectaron su historia, desde su ocupación por las tropas napoleónicas, como cuartel central del general Murat, entre 1808 y 1812 , hasta su transformación primero en parque de artillería durante la desamortización de Mendizábal, en 1835, en hospital de inválidos dos años después y en sanatorio de coléricos, mediado el siglo pasado.

Fue escenario de importantes acontecimientos históricos, desde las reuniones de las Cortes de Castilla, en 1510, o la jura de los herederos de la Corona, entre 1528 y 1833, hasta los casamientos reales, como el de Alfonso XIII en el año 1905. A este fin, se construyó su gran escalinata de acceso. En 1948, todo su revocamiento fue levantado, quedando sus paramentos al aire bajo una erosión incesante, que afecta también a la escalinata.

San Jerónimo el Real ha sido uno de los templos preferidos como escenario solemne- y vistoso- para celebrar bodas por el rito católico. Los donativos de los contrayentes han sido decisivos para las restauraciones, según fuentes parroquiales, superiores a los 300 millones.

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