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FERIA DE SAN ISIDRO

Joselito: «Esperábamos mucho más»

La última quería ser la primera. El toro que abrió plaza se encargó de anunciar el mejor de los presagios. Unanimidad. «Tenía nobleza y calidad», dice Joselito. «Los quites han estado muy bonitos y el ambiente se ha caldeado en seguida», le secunda Tomás. «La tarde parecía que se venía arriba», termina Mora. Al final, por orden de antigüedad: «Esperábamos mucho más»; «No siempre salen las cosas», y «Decepción». Tomás resume con moraleja: «Dicen que los gitanos no quieren buenos principios para sus hijos. Sin ánimo de ofender, pues eso...»

Pese a todo, no faltó emoción. El que cerraba plaza cogió dos veces a Eugenio de Mora: al recibirlo con el capote y en la faena de muleta. De los percances quedó un susto en los tendidos y dos puntazos en la anatomía del diestro que no precisaron intervención. «Uno en la cadera derecha y otro, en la pierna izquierda», dice con el mismo tono pausado con el que recorrió el callejón hasta la enfermería.

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¡Oh, qué hermosa pantomima!

José Miguel Arroyo empieza agresivo. «Quería demostrar que no he venido aquí a cubrir el expediente. Tres muletazos y le he puesto en el centro de la arena para acto seguido citarle con la izquierda», afirma en referencia al alabado primer toro. En lo que respecta a su segundo, se limita a dos de aliño y un puntapié: «En seguida se ha puesto el ambiente raro. Han empezado a gritar que si estaba afeitado. ¡Pero, si estaba de un astifino que para qué! Han conseguido cargárselo todo. Sí, el toro no era bueno. Pero, por lo menos, que te dejen hacer las cosas».

Contento

Corre turno y el de Galapagar arranca con lo que parece una declaración de principios: «Yo, la verdad, estoy contento». De todas las veces que ha actuado en Madrid (descontadas las dos que ha salido por la enfermería), ésta es la segunda que se va sin tocar pelo: «No me importa. He sacado a los dos toros todo lo que tenían. No daban para más y en el segundo me he cruzado y he logrado sacarle unos muletazos con sacacorchos. La gente lo ha agradecido», dice y de seguido añade: «Lo de la falta de orejas. Pues casi mejor. De lo contrario la gente se acostumbra y luego no les da ningún merito».Mora sigue la tónica. «El primero más que malo, era deslucido. Luego, se ha despuntado el pitón izquierdo. Por ahí, no podía hacer nada», dice raudo. Las palabras encendidas son patrimonio de su segundo, del que clausuraba la tarde y, de paso, San Isidro: «Era muy peligroso. Me he jugado la vida. He dado la cara sin retroceder un milímetro. No quería que se esfumara la impresión que he dejado antes».

Fue el último y le dejó el cuerpo agujereado. En el recuerdo, quedaba el primero . El resto «no quiso», concluye Joselito.

Por otra parte, el domingo 14 se lidiarán toros del marqués de Albaserrada para Domingo Valderrama, Denis Loré y Ruiz Manuel. Los dos últimos confirman la alternativa.

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