Dylan y su hijo consiguen los principales 'grammys'
La industria de la Música de Estados Unidos premia la calidad en una edición copada por el 'folk-rock'
Casi todo quedó en familia. Concretamente, en la familia Dylan: el legendario Bob obtuvo tres premios Grammy por su último disco, Time out of mind, y su hijo Jakob, que debutaba al frente de los Wallowers, se llevó dos. El resto de la 40ª edición de los más importantes premios de la industria de la música también estuvo definido por lo general en términos de gran calidad: cantautores de folk-rock como Shawn Colvin (mejor canción del año), Paula Cole, Sara McLachIan o James Taylor triunfaron el miércoles por la noche en el Radio City Music Hall de Nueva York. Dejando temporalmente sin argumentos a quienes creen que los Grammy son un espectáculo banal de comercialidad a ultranza, este año se han premiado criterios musicales de cierta envergadura.
Bob Dylan ganó como vocalista de rock por su canción Cold irons bound, y como autor del mejor disco del año, Time out of mind, que también se impuso en la categoría de disco de folk contemporáneo. The WalIflowers, el grupo de su hijo Jakob, fue elegido mejor banda de rock, y su éxito One headlight fue el mejor tema de rock del año. Muchos observadores creen que la Academia de la Música de Estados Unidos (los miles de profesionales de la industria que votan los Grammy) ha premiado a Dylan padre recordando su reciente infección de pulmón, que estuvo a punto de llevarle "cerca de Elvis" el año pasado.Nadie duda de que Time out of mind es su mejor disco en años, pero tampoco nadie olvida que la Academia nunca le premió en su cumbre creativa de los sesenta. Igual que tampoco premió a los Rolling Stones hasta Voodoo Lounge en 1994, ni a Elvis hasta que grabó un disco de gospel. Pero la historia de la infamia de los Grammy es demasiado larga para resumir.
Los tres grammys de Bob Dylan se suman a otros tres que ha ganado el cantante de Minnesota desde 1980, y ayer dio las gracias a la Academia señalando que mientras grababa Time out o mind tenía la sensación de que el espíritu de Buddy Holly le estaba vigilando. "Conseguimos un tipo de sonido con este disco que no se consigue todos los días", dijo.
La fornida cantautora Shawn Colvin consiguió anteayer el doblete en las categorías más importantes: intérprete y autora de la canción del año para su tema Sunny came home. Por una vez, el ubicuo productor y cantante Babyface quedó en un segundo plano. Además, propuestas como el grupo quinceañero Hanson se quedaron en la cuneta, mientras que las superventas Spice Girls ni siquiera eran candidatas.
Paula Cole fue elegida revelación del año, aunque tiene una larga carrera como corista de Peter Gabriel y su primer disco data de 1994. Su reciente éxito, Where have all the cowboys gone, la ha lanzado a la gran fama. Sara McLachlan y Elton John ganaron como mejores vocalistas de pop, mientras Fiona Apple y Dylan hacían lo propio en el apartado de rock.
Ry Cooder
Similares apuestas por la calidad se repitieron durante la noche: Van Morrison y John Lee Hooker en el apartado de mejor colaboración; John Fogerty ganó su primer Grammy por su álbum de rock Blue moon swamp; James Taylor impuso su Hourglass como mejor disco pop, y Ry Cooder aplastó a la competencia en la categoría llamada "latino tropical" con su álbum cubano Buena Vista Social Club.Quizá la más notable concesión a la música de pega fueron los tres grammys obtenidos por el cantante de soul R. Kelly gracias a su tema I believe I can fly, una balada de las que llaman "de inspiración", de la banda sonora de la película Space Jam. Cuando Shawn Colvin salió a recoger su primer Grammy por Sunny came home, el líder del grupo de rap duro Wu-Tang Clan saltó al escenario y le robó el micrófono para decir que su grupo era mejor que Puff Daddy, artista que había ganado antes el galardón al mejor disco de rap.
Debido a la gripe, Barbra Streisarid no pudo ir e infectar el auditorio cantando como estaba previsto un dúo junto a Celine Dion, y por la misma dolencia se ausentó Luciano Pavarotti, quien delegó nada menos que en Aretha Franklin la espectacular interpretación de un aria de Puccini con toques de gospel.
Pero la mejor sorpresa de la noche tuvo lugar mientras Bob Dylan interpretaba en directo su canción Love sick. En medio de la actuación, un espontáneo descamisado y con la frase "Soy Bomb" pintada en el pecho saltó al escenario y ejecutó un baile espasmódico al lado de Dylan, que le miraba sin dar crédito mientras seguía cantando. La extraña escena duró varios segundos, hasta que se llevaron al bromista.
La ceremonia duró tres horas y fue presentada tediosamente por el actor Kelsey Grammer, protagonista de la telecomedia Frasier. Pese a la larga duración, sólo se presentaron en directo un puñado de premios. El resto de los galardones, hasta un total de 92 (una prolija selección que abarca música clásica, jazz, country, reediciones, mezclas, etcétera), se había entregado antes.
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