Calatrava se declara "transgresor" y "sin vocación de ortodoxo"
El ingeniero participa en el ciclo "Interrogaciones a un artista"
El ingeniero Santiago Calatrava, de 47 años, participó ayer en el ciclo Interrogaciones a un artista, que organiza la comisión de cultura del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Tras dos horas de diálogo con Javier Rui-Wamba y comentarios de sus obras a través de dibujos y diapositivas, el público de ingenieros y estudiantes sólo hizo una pregunta sobre el diseño de muebles. Calatrava basó su trabajo en la "transgresión" de los problemas técnicos y la observación de la naturaleza. "No tengo vocación de ortodoxo", afirmó. Calatrava comentó su vida desde los primeros estudios en la escuela de artes y oficios a los proyectos actuales de auditorios, estaciones, puentes y museos en varios países, con equipos en Zúrich, París y Valencia. "Si mi obra tiene algún sentido es que responde a una búsqueda personal y paciente".
La tesis sobre plegabilidad de las estructuras pone en marcha la "capacidad de expresión plástica" que busca en sus proyectos, donde la participación en concursos -ha intervenido en un centenar- es esencial. Con varios lápices dibujó los paralelismos entre los modelos estáticos y las ideas del mundo vegetal o animal. Con los proyectos del 92 en Barcelona y Sevilla, Calatrava fue acusado de "estrella fugaz". El ingeniero dijo ayer que toma las críticas con mucho respeto y seriedad. "Mi país ha sido muy generoso y me ha dado grandes oportunidades de expresarme". Defendió que sus proyectos tienen "unos precios heroicos por metro cuadrado".
A los compañeros les habló de la responsabilidad de la profesión, "la estabilidad y durabilidad" de las obras, el aprendizaje en la observación de la naturaleza, la relación entre la obra y el paisaje, la sensibilidad por el lugar, el interés por la comunidad y "proyectar la propia sorpresa personal".