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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Arnold Newman atrapa medio siglo en 136 fotos

A Coruña exhibe una muestra con los retratos cruciales del artista neoyorquino

Su retrato de Stravinski, reproducido infinidad de veces, ha pasado a la historia de la fotografía como arquetipo de una singular forma de hacer más tarde seguida por muchos. La exposición que ahora presenta en primicia en España la Fundación Pedro Barrié de la Maza (a partir de hoy en A Coruña), bajo el título El regalo de Newman: 50 años de fotografía, reúne 136 obras de este autor, octogenario pero aún en activo, que ha retratado el siglo a través de personajes cruciales, artistas y políticos sobre todo, como Picasso, John F. Kennedy, Marilyn Monroe o Eleanor Roosevelt. La muestra procede de la colección Newman del Museo de Fotografía y Cine G. Eastman House de Rochester (Nueva York).

Habitualmente Arnold Newman (Nueva York, 1918) prefería realizar las tomas en el ámbito en donde se desenvolvía cotidianamente la vida de quienes fotografiaba, pero en este caso fue imposible. Igor Stravinski estaba accidentalmente en Nueva York y Harper's Bazaar necesitaba con cierta urgencia una foto suya. "Escogí el piano", explica, "porque me encanta la música y el piano se parece a un si bemol: es fuerte, duro y lineal, pero es hermoso, igual que la obra de Stravinski".Durante esta sesión, fiel a su método de trabajo, Newman disparó infinidad de negativos -formato 4 x 5-, entre los que se seleccionó la famosa copia donde aparecen recortadas las patas del piano y el brazo derecho del compositor. Newman, que aún sigue activo a sus 80 años, comenzó su labor como fotógrafo free lance para Life. Antes había trabajado de aprendiz en un estudio de retratos en un centro comercial y más tarde en un negocio de similares características en Palm Beach, más parecido a un fotomatón que a un estudio convencional.

Política y cultura

La mayor parte de las fotos expuestas son retratos de notables de este siglo que ejercieron, principalmente, en la política, la cultura y la empresa. Entre ellos, escritores como Truman Capote, Allen Ginsberg, Arthur y Henry Miller; pintores y artistas como Edward Hopper, Francis Bacon, Dalí, Picasso, Mondrian, Léger, David Hockney, Calder, Moore o Christo ... ; políticos como Golda Meir, John F. Kennedy, Richard M. Nixon, Francisco Franco, Lyndon B. Johnson, Konrad Adenauer ... ; músicos como Stravinski o Aaron Copland..., pero también científicos, o empresarios, como el alemán Alfried Krupp, que en 1963 mira amenazante a la cámara de Arnold Newman sentado en su industria ferroviaria de Essen, años después de haber sido encarcelado por crímenes de guerra por colaborar con Hitler suministrando carbón y acero al Ejército nazi a base de explotar a trabajadores de los campos de concentración.Las reglas de construcción del espacio y las formas de envolver al retratado definen el estilo Newman. Todo en sus fotografías es geométrico. Las leyes de esta disciplina rigen sus composiciones de manera obsesiva, transformando cualquier objeto o elemento en un signo capaz de redefinir a quien se coloca frente a su cámara. Porque la clave de Newman está en eso, en redefinir permanentemente a quien retrata; para él es fundamental ligar el símbolo a una atmósfera en la que el sujeto estrecha al máximo las fronteras- de su estricta fisonomía sin apenas manifestar nada de su interior. Dice "estar convencido de que cualquier intento fotográfico de mostrar a un hombre en su totalidad es en cierto modo una tontería. Lo único que podemos mostrar, en el mejor de los casos, es lo que revela el hombre exterior; el hombre interior rara vez se revela a nadie, a veces ni siquiera lo hace ante sí mismo".

Materiales

Los materiales de la muestra, cuya composición se ha realizado especialmente para la ocasión -estará expuesta en la Fundación Barrié hasta el 29 de marzo, fecha en que regresará a Rochester (EE UU)-, han estado supervisados por el mismo fotógrafo, y especialmente por su mujer, Augusta Rubinstein, que es quien realmente controla su estudio y organiza sus actividades.Ella es el auténtico motor de la mercadotecnia de la totalidad de la producción de Newman desde que apareció en su vida, allá en el año 1948, cuando trabajaba para el Hagganah (la milicia clandestina judía) en la oficina secreta de Teddy Kollek en Nueva York, donde se dedicaban al paso de armas de contrabando a Israel durante el primer año de independencia de este país.

La conservadora jefa de la George Eastman House, Marianne Fulton, ha redactado un ensayo especialmente para el catálogo de esta muestra, en el que narra numerosas anécdotas sobre la forma de trabajo de Newman, quien afirma al respecto: "En ciertas ocasiones lo que fotografías tiene menos importancia que la forma como lo haces".

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