Calvo Serraller recuerda cómo era el arte en 'Memoria del 98'
El afán de regenerar el país después de 1898 fue tan grande que llegó a impregnar el arte de la época; incluso la identificación del color negro con España fue una cuestión moral y política más que puramente estética. A esta conclusión llega Francisco Calvo Serraller en el artículo titulado Ciudad y paisaje, que abre el capítulo 18 de la serie Memoria del 98, que mañana, lunes, se entregará con EL PAÍS.Buena parte de los artistas de hace un siglo interpretaron a Goya en clave negra, como se reflejó en las célebres paredes que pintó en la Quinta del Sordo. En esa misma época se produce el descubrimiento de El Greco, que tuvo una relevante influencia en el arte europeo y español. Calvo Serraller señala: "El Greco lo contaminó todo; a partir de su estilo sentó cátedra Valle-Inclán, influyendo con ello en Julio Romero de Torres".
Los polos opuestos en la pintura española de 1898 eran Ignacio Zuloaga y Joaquín Sorolla. El primero trató de pintar ideas y no sensaciones; descubrió el mundo castellano justo cuando lo aireaban los escritores del 98. El segundo se decidió por la representación de un mundo radiante, sensual y exuberante, sin perder la soltura velazqueña ni la impronta naturalista.
La entrega de esta semana se completa con un artículo de Delfín Rodríguez sobre El alma de las calles, en el apartado de arquitectura y urbanismo; un repaso a la zarzuela chica, a cargo de Carmen del Moral Ruiz, y con el análisis de un nuevo medio de comunicación y ocio: el cine.
Agustín Sánchez Vidal resalta que la guerra hispano-norteamericana fue la primera en la historia que contó con el cinematógrafo, y que ya entonces se utilizó con fines propagandísticos. Luis Carandell rememora en su habitual columna las tertulias de café. Carandell dice que el cambio de siglo es época de oro de la tertulia y que la generación del 98 es una generación de contertulios. Hace referencias a las tertulias de El Gato Negro, el Suizo, la Maison Doré, el Castilla, el Colonial, entre otras, con anécdotas de Gómez de la Serna, Valle-Inclán y Baroja.
