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Pérez-Reverte: "La lectura es la única escuela posible para un escritor"

El autor dialoga con sus lectores en Barcelona

La lectura es la única escuela posible para un escritor". Arturo Pérez-Reverte lo repitió varias veces en su encuentro de anoche con un numeroso público en el auditorio del Círculo de Lectores. Pérez-Reverte, un auténtico fenómeno literario, habló de sus libros, especialmente de la serie del capitán Alatriste, y aprovechó para reivindicar una vez más la literatura que cuenta cosas, que consigue apasionar al lector.

El Stevenson español (así le llaman en EE UU) se refirió a los libros que leyó en su infancia como una patria básica, un territorio fundamental que nunca le abandona. "Siempre que escribo", dijo, "tengo la suerte de que me acompañan mis lecturas anteriores. Al llegar a un punto determinado pienso: '¿Cómo resolvería esto Dumas? ¿O Agatha Christie?".Pérez-Reverte, presentado por Luis Alberto de Cuenca y Alberto Montaner, manifestó haberse sentido durante muchos años como "un exiliado literario", ya que cometió el pecado de preferir la literatura que cuenta cosas frente a la ensimismada en la soledad de autores entonces de moda. "Me alegro de haber seguido fiel a Los tres mosqueteros, Moby Dick y a otros libros", señaló, "y quiero destacar que hubo autores que durante años no quisieron participar del secuestro de la literatura que ejerció una parte de la crítica, como Mendoza, Marsé, Sampedro, etcétera. Ellos fueron los baluartes en tiempos difÍciles".

Sobre la serie del capitán Alatriste, Pérez-Reverte manifestó: "Lo que yo quise hacer con estos libros fue novelas de espadachines de antes, porque creo que los clásicos son nuestra memoria y por desgracia se estaban perdiendo".

Secretos

En el diálogo que mantuvo con el público, Pérez-Reverte satisfizo la curiosidad de muchos lectores y desveló algunos de sus secretos. Por ejemplo: fue su padre quien le enseñó a jugar al ajedrez, pero él es un mal jugador, aunque le fascina este juego como una imagen de la vida. Añadió que nunca dejará que se lleve al cine al capitán Alatriste porque "sería como vender a un amigo", y que los 21 años de corresponsal de TVE le dejaron una forma de mirar el mundo.También dijo Pérez-Reverte que hay dos tipos de lectores de sus novelas. Por una parte, el que la lee de un tirón como un a novela de aventuras, y por otra, el lector cómplice que conoce las claves con las que él juega. "Me parecen muy bien estos dos tipos de lectores", dijo, "aunque prefiero el segundo ya que a mí me gusta escribir poniendo campos minados para intentar que tanto yo como el lector lleguemos a buen puerto. De todos modos, un libro no es nada, es sólo papel y tinta, y cada lector construye su aventura a partir de lo que lee".

Arturo Pérez-Reverte insistió en criticar los años en que "un sector de la crítica hizo de la literatura una especie de club de élite". "Entonces había que pasar pruebas de iniciación, lo que a mí me parece muy mal, ya que se necesita tanto la literatura de Marcial Lafuente Estefanía o Corin Tellado como la de Proust. La literatura tiene que ser eso: hacer vivir, provocar la imaginación y llenar al lector".

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