Banderilleros espectaculares
La gran expectación que había causado el anunciado mano a mano de Alfredo Gutiérrez y El Juli se vino abajo por culpa del pésimo estilo del ganado. Sólo hubo detalles del mexicano y espectaculares tercios de banderillas del madrileño en esta novillada a beneficio de los afectados por el huracán Paulina. Aunque los dos alternantes derrocharon entrega y voluntad, no lograron que el éxito artístico, se equiparara al económico pues ni toreros, ni empresa, ni ganadero cobraron por sus servicios y encierro respectivamente, por lo que lo recaudado será destinado íntegramente para los damnificados.
Los detalles de Alfredo Gutiérrez fueron las desmayadas y rítmicas verónicas con que saludó al que abrió plaza y el aguante y lentitud con que muleteó al bobo primer sobrero. En cambio, aburrió a la concurrencia con sus inútiles y prolongados trasteos al probón e incierto tercero y al áspero y meloso quinto. Con altibajos cubrió el segundo tercio en el primero y tercero y en el séptimo invitó a Juli y ambos pusieron dos colosales pares y emocionaron al respetable.
La Paz / Gutiérrez, Juli
Novillos de La Paz, terciados y cortos de pitones, flojos, mansos y con sentido.Sobreros de regalo: primero de Paco Torre, presentable y encastado; segundo de Espíritu Santo, con bonita lámina y difícil. Alfredo Gutiérrez: pinchazo y estocada caída (palmas); pinchazo y estocada caída (silencio); pinchazo, media -primer aviso-, descabello -segundo aviso-, estocada desprendida y dos descabellos (silencio); dos pinchazos y estocada, (reducida petición y salida a los medios). El Juli: media, tres descabellos -aviso- y descabello (aplausos); pinchazo, estocada y tres descabellos (escasa petición y salida al tercio); tres pinchazos, estocada caída y descabello (palmas). Monumental Plaza México, 19 de octubre. Festejo a beneficio de los afectados por el huracán Paulina. Casi lleno.
Los espectaculares tercios de banderillas corrieron a cargo del Juli en el segundo, cuarto y sexto. Dándoles todas las ventajas a los novillos, les ganaba la cara, cuadraba y se asomaba al balcón dejando los reiletes en buen sitio y en el octavo invitó a Gutiérrez y repitió la emoción de ejecutarlos por los adentros. El genio y lo gazapón del segundo astado no le permitieron lucirse y con el revoltoso cuarto que pasaba sin transmitir no se pudo acoplar. Pero al sexto le realizó una labor estructural y variada enseñando el oficio que ya tiene. Como el segundo sobrero punteaba, calamocheaba y se quedaba a mitad de la suerte, lo lidió con habilidad y recursos.
