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'La guerra' del Cohiba

La comercialización en EE UU de otro cigarro puro, con la famosa marca cubana abre un nuevo frente en el conflicto entre los dos países

Un nuevo escándalo sacude en estos días al mundo del habano por la inminente comercialización en Estados Unidos de una nueva versión de puros Cohiba, elaborados en República Dominicana con tabaco de ese país antillano, Indonesia y Camerún. Para los dueños de la arriesgada idea, la empresa norteamericana General Cigars Co., se trata de una simple cuestión de negocios, amparada por el registro de la palabra Cohiba en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos, y por la existencia de una política de bloqueo contra Cuba que impide a las empresas tabaqueras de la isla vender un sólo habano en territorio norteamericano, Para los buenos fumadores de cigarros cubanos, entre los que se encuentran conocidos millonarios norteamericanos y actores de Hollywood, los nuevos Cohiba son un engaño y una aberración. Cuba, sin embargo, se ha tomado el asunto en serio y ha iniciado acciones legales en EE UU para defender el prestigio de la marca que en 1968 creó y popularizó, nada más y nada menos, que Fidel Castro.Según Cuba, la guerra de los Cohiba tiene antecedentes que se remontan a 1982, fecha en que comenzaron a comercializarse en el mundo los Cohiba revolucionarios. "Ese año una empresa norteamericana, la Cultubro Corporation, resgistró la palabra Cohiba en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos", explica Adargelio Garrido, director de asuntos jurídicos de Habanos, la empresa exportadora de tabaco cubano. Según Garrido, la Cultbro traspasó posteriormente su marca a la General Corporation, que registró además otra marca Cohiba, pero esta vez con la palabra escrita en cursiva.

En vista de las intenciones de la General, ya en enero de 1997 Habanos emprendió las primeras acciones legales en EE UU para reclamar la titularidad de la marca Cohiba, al solicitar a la Oficina de Marcas y Patentes de ese país que abriese proceso de cancelación de la marca de la General Corporation. Las razones esgrimidas por Cuba eran varias: Cohiba era una marca notoria de habanos, fue creada después del triunfo de la revolución, y su difusión y prestigio en el mundo se debían a la labor de Fidel Castro marketing realizada por el presidente cubano, FIdel Castro.

Según los abogados cubanos, la Oficina de Marcas y patentes de EE UU todavía se ha pronunciado sobre la demanda cubana, pero, pese a ello, ya la General Cigars ha anunciado a bombo y platillo que los "nuevos Cohiba" estarán en el mercado de Miami y Nueva York el 1 de octubre, y en el resto de Estados Unidos a mediados de noviembre. La General ha hecho saber esta semana que los puros norteamericanos marca Cohiba estarán elaborados con tabaco cultivado en República Dominacana "con semilla cubana", tabaco indonesio y hoja de capa para su envoltura procedente de Camerún.

La presentación del polémico Cohiba se realizará, como no, en un lujoso hotel de Miami Beach, y allí si brindará con vino también de marca Cohiba elaborado especialmente para la ocasión. Mientras tanto, los abogados de habanos ya han anunciado que emprenderan nuevas acciones legales en EE UU en el caso de que la Oficina de Marcas y Patentes no resuelva el caso a su favor. De momento, Habanos ha emitido un comunicado dirigido a "los conocedores del cigarro Cohiba", en el que se denuncia el fraude de los nuevos puros y se advierte que ninguna materia prima empleada para su elaboración procede de la isla. "Se está tratando de engañar al consumidor, pues se quiere establecer un nexo con Cuba al hablar de 'semillas de origen cubano', dijo Adargelio Garrido. "Esto, aunque fuese verdad, es una trampa", indicó, "pués las semillas se degeneran, y además para lograr un auténtico habano, es imprescindible que sea cultivado en Cuba".

La guerra del Cohiba tiene lugar cuando en Estados Unidos se ha puesto de moda fumar puros, y una caja de habanos de contrabando puede llegar a costar en Nueva York cerca de 700 dólares (más de 100.000 pesetas). En virtud a la ley del embargo sólo un reducido número de norteamericanos que tiene derecho a viajar a la isla legalmente (diplomáticos, artistas, científicos y funcionarios del Gobierno en misión de trabajo), puede importar a su regreso una caja de habanos. Esta situación ya provocó en junio un acolarado debate en el Congreso de EE UU, cuando el representante demócrata George Miller pidió que se legalizase la venta de habanos en EEUU pasando por encima del embargo. Su argumento fue contundente: "mientras los congresistas y otros miembros de la élite que visitan Cuba regresan con buenos puros, los norteamericanos de a pie no pueden disfrutar los mejores cigarros del mundo".

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