Castanheira crea una de sus "microgeografías" para el montaje de la "EIectra" de Giradoux

Arquitecto de formación, el portugués José Manuel Castanheira, de 45 años, se ha revelado en los últimos años como uno de los grandes escenógrafos contemporáneos. Mientras en Europa siguen de cerca sus pasos escénicos, en España prácticamente se ha descubierto anteayer con sus diseños para el montaje Electra, de Jean Giradoux, con versión de Fermín Cabal y la compañía Aran Dramática. Un trabajo en el que se enfrenta al reto de un espacio mágico, pero terriblemente peligroso para quienes pretenden enmendar la plana al Teatro Romano de Mérida.

Salió victorioso de la prueba y tras el estreno fueron muchos los que comentaban que pocas veces las milenarias piedras habían contado con un espacio escenográfico tan bello y arriesgado, en el que Castanheira introdujo grandes girasoles, olivos, ríos, puentes de atrevida concepción con objetivos expresionistas, e inmensos suelos, que a modo de espejos reflejaban, bajo los pies y mantos de, los actores, las grandes columnas y arquitectura del tradicional espacio teatral.Aunque en Portugal goza de un gran prestigio desde hace casi dos décadas, Castanheira atrajo sobre sí las miradas europeas a raíz de que. el Centro Georges Pompidou de París le dedicara una gran exposición. En ella se mostraron numerosos aspectos de las 63 creaciones de espacios escénicos que este mago teatral realizó entre 1973 y 1993, transitando desde el teatro de repertorio al experimental, y desde los autores clásicos a los actuales.

. Ahora Castanheira prepara para España la escenografía de San Juan, de Max Aub,único espectáculo que la próxima temporada dirigirá Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del Centro Dramático Nacional, para el Teatro María Guerrero.

Refiriéndose a su trabajo en el Teatro Romano de Mérida, Castanheira se siente satisfecho: "Este teatro siempre me subyugó, no sólo como monumento, sino por razones escenográficas..., éste es un espacio de culto para mí, desde hace muchos años, era un sueño y un gran desafío tratar de conseguir que la propia aportación tenga alguna fuerza y presencia".

Castanheira se defiende si alguien trata de incorporarle a la larga lista de escenógrafos que en las dos últimas décadas han convertido el teatro en un espacio de lucimiento personal: "Mi aportación a los espectáculos tiene siempre la preocupación de que la palabra y los actores siempre sean lo más importante,. puede que mis metáforas escénicas sean más o menos conseguidas, pero siempre serán microgeografías, microcosmos que sirvan para que la historia se desarrolle, donde los actores se sientan bien". Y añade: "La escenografía debe ser el entorno justo para el actor, y nunca debe ponerse la fuerza de la imagen estética o la maquinaria. contra el actor".

"Lo que nos pasa en la vida, en cada época, tiene que estar encima del escenario, por, tanto el teatro y su plasticidad, su escenografía debe estar en continuo desarrollo", afirma. "Cuando entro en un teatro trato de destruir, en el sentido positivo de la expresión, de encontrar nuevas formas de relación entre el público y la acción, pero a veces es difícil demostrar que el teatro está siempre en permanente evolución cuando lo normal es que trabajemos en teatros a la italiana que no han evolucionado en. los últimos siglos", dice.