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El Camino de Santiago tuvo un origen político, según un experto

Miguel Ángel Villena

Necesidad de un espacio cristiano que sustituyera al romano, unificación política y económica de regiones fragmentadas, impulso de la Reconquista de los territorios en manos musulmanas y apertura de rutas hacia Occidente. Son algunas de las causas que están en el origen de una de las más importantes peregrinaciones de la Edad Media: el Camino de Santiago. En cualquier caso, la política pesa más que la religión; en el origen, en el impulso inicial del camino, según sostiene José Luis Barreiro Rivas, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela. Autor del libro La función política de los caminos de peregrinación en la Europa medieval (Tecnos), Barreiro afirma: "La primacía de los objetivos de índole profana están en la base del esfuerzo oficial que pone en marcha esta gran peregrinación medieval". Frente a esta tesis de hegemonía de lo civil sobre lo religioso, Barreiro cree que sólo se puede oponer "una explicación milagrosa".Dos fuerzas ideológicas alientan la apertura del Camino de Santiago tras la supuesta aparición del cuerpo del apóstol en el año 830, explica Barreiro. De un lado, aparece un impulso de afuera hacia adentro por parte del Imperio carolingio, que necesita una vía de expansión hacia Occidente, hacia Finisterre. Por otra parte, no conviene olvidar que la peregrinación medieval se plantea como un refuerzo de la idea de Reconquista en una época en que la mayoría de la Península lbérica se encuentra bajo el dominio musulmán. El espíritu de frontera y de cruzada estimula el ánimo de los peregrinos y de las autoridades civiles y religiosas, al menos en los primeros siglos de andadura del Camino de Santiago.

Simbiosis

"En definitiva", dice Barreiro, "es una simbiosis de lo civil y de lo religioso. El emperador consigue así unificar el mundo cristiano a través de una ruta hacia Occidente y los poderes civil y religioso van de la mano durante los tiempos de esplendor de Santiago entre los siglos IX y XIII. A partir del XIII, el Camino de Santiago ya deviene un fenómeno estrictamente religioso y el poder civil pierde importancia. Pero durante todo ese periodo Santiago es un indiscutible paradigma de rutas hasta que termina siendo sustituido por las cruzadas a Tierra Santa. De cualquier modo, el camino hacia Finisterre logra durante unos siglos unificar espacios políticos que estaban fragmentados".Por el Camino de Santiago, que recorre unos 800 kilómetros a lo largo de la Península lbérica, desfilaron peregrinos y mercancías, ideas y soldados. Pero lo que ha permanecido son las huellas culturales, desde la literatura romance al arte románico. Ciudades como Burgos, León y Santiago deben su historia y su pujanza medieval a la ruta hacia Finisterre.

Con el avance de la Reconquista, Santiago pierde su papel preponderante. "No obstante", apostilla Barreiro, "Santiago fue durante siglos la otra Meca, el destino final y cosmogónico de los cristianos".

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