Primera retrospectiva en España del arquitecto italiano Giuseppe Terragni
El Centro Gallego de Arte Contemporáneo expone también al pintor Leopoldo Nóvoa
El arquitecto italiano Giuseppe Terragni (Meda, 1904-Como, 1943) y el pintor gallego Leopoldo Nóvoa (Pontevedra, 1919) se unieron ayer en la programación del Centro Gallego de Arte Contemporáneo, de Santiago de Compostela, con las primeras retrospectivas de sus obras, inauguradas por el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga. El montaje de Terragni, producido por la Trienal de Milán, viajará después a Madrid y Sevilla.La directora del centro, Gloria Moure, vinculó a los dos artistas desde el punto de vista histórico, al tener sus raíces en las vanguardias de los 30 primeros años del siglo y en su entendimiento abierto del arte contemporáneo. Terragni ocupa un lugar fundamental en la arquitectura del racionalismo italiano, con edificios como la Casa del Fascio, en Como, que superan los planteamientos ideológicos del fascismo, y Nóvoa, con sus primeras exposiciones en unos años cincuenta dominados por el expresionismo abstracto en Estados Unidos, el informalismo en Europa y el espacialismo de Lucio Fontana.
"No somos contemporáneos, pero lo más importante es el comportamiento humano, que en el caso de Terragni trascendió el fascismo", declaró ayer Leopoldo Nóvoa, pintor gallego residente en París. La retrospectiva que ha preparado el museo, comisariada por Gloria Moure, abarca tres salas del primer piso, en espacios que recorren un primer espacialismo de los setenta, el informalismo de los ochenta y su obra más reciente. "Las tres etapas se ven de una forma conjunta que me gusta y de una manera muy tranquila, sin estridencias. Las últimas obras parecen dramáticas, pero no soy pesimista, sino que hay una visión testimonial sobre lo que pasa. También hay otras piezas de exaltación y optimistas".
La marca del fascismo
Por primera vez se pueden ver los documentos de la obra arquitectónica de Terragni, nombre que arrastra la marca del fascismo por sus edificios, monumentos y manifiestos de la arquitectura racionalista presentada como única expresión auténtica de los principios revolucionarios fascistas. Pierantonino Berté, presidente de la Trienal de Milán, puso ayer en duda la existencia de un Terragni fascista, en línea con algunos críticos, como Bruno Zevi, que le consideran antifascista.
Emilia Terragni, historiadora, y Elisabetta Terragni, arquitecta, sobrinas-nietas del arquitecto, declararon ayer que en su juventud y en proyectos como la Casa del Fascio (1934), su edificio más imitado, estuvo vinculado al fascismo como forma revolucionaria, hasta que descubre su verdadera dimensión. "Era un pensador libre que no amaba la jerarquía. Sus proyectos están más cerca de la ciudad europea que de los ideales de la ciudad fascista". Desde el Centro de Estudios Giuseppe Terragni, de Como, han llegado las imágenes del arquitecto en maquetas, planos, dibujos, cartas y fotografías que han tenido una gran influencia en arquitectos como Aldo Rossi o Peter Eisenman.
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