El cómic español, premio a la mejor obra extranjera en Angulema

El silencio de Malka, de Jorge Zentner y Rubén Pellejero, obtuvo ayer el premio al mejor álbum extranjero en el Salón deL Cómic de Angulema. Publicado en España por la editorial Glénat (en Francia la casa madre desoyó los consejos de su filial española y cedió la obra a la competencia), El silencio de Malka narra la odisea de unos inmigrantes judíos que llegan a Argentina a principios de este siglo desde una Rusia francamente hostil y es, probablemente, la obra más personal de su guionista, el escritor argentino Jorge Zentner, cuyos antepasados vivieron peripecias similares a las de la proágonista del libro, la joven Malka.

Como novelista, Jorge Zentner ha publicado algunos libros con el editor Mario Muchnik, pero sigue dependiendo de los cómics para ganarse dignamente la vida. Tras una larga estancia en Barcelona, Zentner habita ahora en el sur de Francia, pero eso no le ha hecho perder el contacto con el dibujante de El silencio de Malka, el español Rubén Pellejero. Pellejero es también el dibujante de varios guiones previos del señor Zentner. A ambos les debemos varias entregas de las aventuras de Dieter Lumpen, publicadas asimismo en Francia con un éxito razonable de crítica y ventas.El resto de galardones se ha repartido entre una serie de autores franceses no demasiado conocidos por el lector español. Cabe destacar entre ellos al joven Nicolas Dumonthaeil, que se ha llevado dos importantes recompensas: el premio René Gosciny al mejor guión de humor (instituido hace tres años en homenaje al creador literario de Asterix, de cuyo fallecimiento se cumplen ahora cuatro tristes lustros) y el premio al mejor álbum del año. Los dos le han caído por su segunda obra, Qui a tué à I'idiot?, un álbum de 90 páginas que exhibe un dibujo original pero de escasa comercialidad y un guión bastante ingenioso.

Otros premios

La ganadora del premio al mejor álbum de humor, Florence Cestac, es también prácticamente desconocida en España. Su premio, que parece una concesión al pensamiento políticamente correcto, lo ha conseguido con el álbum Le demon de midi, definido por su autora como una sátira antimachista.Para cerrar la lista de perfectos desconocidos ahí va el nombre del ganador del premio al mejor guión: Baudoin. ¿Alguien ha oído hablar de él fuera del hexágono? Probablemente no, pero no hay que olvidar que el Salón del Cómic de Angulema es, entre otras cosas, un ejercicio de autobombo destinado a reforzar la autoestimade la industria francesá del tebeo.

Prueba de ello fue la presencia ayer, durante la ceremonia de entrega de premios, del ministro de Cultura, Philippe Touste-Blazy, quien se descolgó con una serie de medidas de apoyo al cómic francés bastante estimulantes y no menos susceptibles de ser envidiadas por los representantes de la precaria industria tebeística española.

Asesorado por el dibujante Fred, un clásico en vida de la historieta francesa, creador del personaje Philemon (nada que ver con el desastroso compañero de nuestro Mortadelo), el señor ministro se ha pasado un año reflexionando y ahora promete becas para jóvenes talentos, ayudas a la traducción, presencia del cómic en la radio y la televisión y,en suma, una clara intención gubernamental de integrar definitivamente los tebeos en el mundo de la cultura.

Nada de lo que dijo fue comprendido por el veterano Will Eisner, invitado de honor de este ano, pero el papá de Spirit tuvo la delicadeza de afirmar que Francia encabeza el movimiento de regeneración de la historieta europea. En un certamen prácticamente carente de invitados extranjeros de -relumbrón resulta de agradecer la presencia de este clásico de la historieta norteamericana. Es obligatorio desearle que goce de buena salud, pues no hemos de olvidar que el gran invitado extranjero del año pasado, el dibujante Burne Hogarth, falleció en París pocos días después del certamen.