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Lombardero cambia el plan de rodaje por la intransigencia del obispo

El rodaje del primer largometraje de Manuel Lombardero, En brazos de la mujer madura, proseguirá en los próximos días en un escenario distinto al previsto en el plan de rodaje, aunque situado en las cercanías de la Ermita del Cid, y que hoy será definitivamente decidido. El cambio se produce tras la negativa de Antonio Algora, obispo de la diocesis de Teruel-Alcañiz, a aceptar la petición realizada por la coproración de Iglesuela del Cid para que se puedan utilizar los alredores de la mencionada ermita.Algora se negó incluso a la propuesta final de que la única escena a rodar en el lugar sea un desfile de milicianos. Tanto el realizador como su equipo acogieron la noticia del rechazo final del obispo con "consternación" y "sin entender nada", según un portavoz del grupo, que ayer rodaba escenas íntimas en la casa solariega situada junto a la iglesia parroquial de la localidad. "No hemos entendido nada", dijo, y destacó "la preocupación del equipo y la productora por el problema que el obispado ha creado en la. población de Iglesuela. Lo lamentamos sinceramente". Lombardero había creído hasta el último momento que Algora daría permiso, especialmente al volver a darles explicaciones sobre las escenas que iban a rodar en el entorno de la ermita.

Por su parte, el obispo ha publicado en la hoja parroquial que se distribuirá este fin de semana una carta en la que expresa su indignación. por estar siendo utilizado "por hilos muy poderosos en la sombra".

A última hora de ayer el equipo de producción había previsto la visita a los dos lugares escogidos por el director de arte Josep Rosell como alternativas. Ambos están situados en un entorno de entre treinta y cuarenta kilómetros de Iglesuela". Hoy está previsto que se incorpore, al rodaje Imanol Arias y que se comience a filmar en las trincheras construidas en la salida del pueblo hacia la ermita de la Virgen de Cid.

Entre los habitantes el malestar por la decisión final se hizo ayer más patente, hasta el punto de anunciar su dimisión dos miembros de la Junta Parroquial, según señalaron en en Ayuntamiento. "Esto prueba", indicó el secretario de la corporación, "que ni siquiera entre ellos existe unanimidad como quieren hacer ver". Los vecinos prefieren no dar su nombre a la hora de criticar al obispo y los vicarios; "al fin y al cabo es la iglesia y tiene mucho poder", señalaba a mediodía de ayer un trabajador de la construcción en su pausa del almuerzo.

"La herida que han abierto aquí es muy grande", indicó el propietario de un establecimiento público, "sobre todo porque no han consultado a nadie. Dicen que a la Junta Parroquial, pero ésos no representan al pueblo".

Ayer se conoció que el gobernador civil de la provincia había requerido un informe sobre la propiedad de los terrenos vallados por el párroco en el entorno de la ermita. El alcalde, José Miguel Crus, del Partido Popular, manifestó su decepción "especialmente cuando el obispo había dicho que no nos llamaría para decirnos que no. Pero no hubo forma de hacerle entender".

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