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Alerta policial en Venezuela tras el duro plan de ajuste anunciado por Caldera

El nuevo plan de ajuste anunciado por el presidente de Venezuela, Rafael Caldera, la noche del lunes (madrugada de ayer en España), que multiplica hasta por 10 los precios del combustible y libera el control cambiario, fue recibido con reservas por parte de los partidos políticos, los sindicatos y los empresarios, aunque todos coincidieron en que habría sido mejor aplicarlo hace ya dos años. Ante la posibilidad de que surjan brotes de violencia, como los que condujeron al, estallido social del caracazo de 1989, las fuerzas, de seguridad y militares han sido puestas en estado de alerta.

La mayoría de la población, el 86% según los sondeos, también considera que los ajustes debieron tomarse mucho antes, cuando empezaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, en 1995, y la situación socioeconómica aún no se había degradado. Pero los venezolanos se tienen que enfrentar ahora a un duro ajuste y en peores condiciones, sobre todo tras el aplicado hace ocho años por Carlos Andrés Pérez, que desembocó en 1989 en el caracazo: una revuelta que se saldó con 300 muertos.Caldera, de 80 años, anunció su plan de recuperación económica con optimismo y exhortaciones a la unidad nacional. Incluso recordó el mensaje del papa Juan Pablo II, durante su visita a Caracas hace dos meses, en el que pidió resignación ante las dificultades.

Y resignación es lo primero que han mostrado los venezolanos ante los anuncios de ajuste económico. "No podemos hacer otra cosa", dijo un obrero por televisión cuando empezaron a colocar los nuevos precios que figuran en las gasolineras venezolanas. No en vano siguen siendo de los más baratos del mundo. El combustible diesel pasa de 4,5 bolívares el litro a 48 bolívares (11,30 pesetas), y el litro de gasolina súper pasa de 14 a 61) bolívares (15,10 pesetas).

La liberación del control de cambios -que supone una devaluación de la moneda del 63% respecto al dólar, que pasa de costar 290 bolívares a 474- complica aún más la situación. El ajuste económico incluye también subidas en las tarifas eléctricas (40%) y de suministro de agua (35%), así como un incremento de cuatro puntos en el llamado impuesto de ventas (equivalente al IVA), que se sitúa en un 16,5%.

El Gobierno venezolano prevé además que la inflación se disparará este año en más del 100%, frente al 57% de 1995. Para aliviar el impacto de estos ajustes, el presidente Caldera anunció también la aplicación de un programa social, que consistirá en duplicar el sueldo a los 1.300.000 empleados de la Administración, así como la subsidiación del transporte público y la entrega gratuita de alimentos a los más pobres.

La patronal venezolana calificó de "incoherente" el plan de Caldera. Entre los partidos de oposición, Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (democristiano) reaccionaron con reservas. El Gobierno sólo cuenta con el apoyo de sus minoritarios aliados Movimiento al Socialismo y Convergencia.

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