El 'superduro' Bruce Willis llora la muerte de su cabra

El superduro Bruce Willis, protagonista de la película 12 monos, de Terry Gilliam, que se presentó ayer en la Berlinale, se mostró dolido por la muerte de una cabra que le habían regalado y espera que le manden un buen guión, para poder hacer un papel de amante romántico. No obstante, Willis supone que seguirá encasillado en películas de violencia, porque la última produjo 360 millones de dólares (4.500 millones de pesetas) de recaudación y no parece que las productoras vayan a renunciar a semejantes ingresos.

En la jerga argentina existe un concepto al que convendría dar pronto carta de ciudadanía en el diccionario de la Real Academia. Se trata del cholulo, con su verbo correspondiente, cholulear. El cholulo, o la cholula, son seres humanos locos por las estrellas, que arremeten contra todo para aparecer a su lado o tocarlos. Las conferencias de prensa de la Berlinale han degenerado en una orgía del cholulaje. Esta fauna invade el local e impide el desempeño del trabajo a los más o menos honestos padres de familia que se ganan la vida con el ejercicio del periodismo. Algunos van armados con sus cámaras de cuatro perras para sacar una foto, mientras otros ocupan espacios al mismo tiempo que a periodistas en ejercicio de sus funciones se les niega la entrada por encontrarse la sala llena, de cholulos en su mayoría, por supuesto. Con Willis se produjo ayer en la Berlinale una auténtica apoteosis de cholulismo. Willis llegó con aspecto de neonazi, vestido con camisa, vaqueros y barba de dos días, pero sin el aire amenzador que exhala en la pantalla. Lucía Willis la calva avanzada, pero recuperado ya de la rapada total con que aparece en 12 monos. La conferencia de prensa con Willis y Gilliam degeneró en los ya habituales histéricos grititos "¡yuuu!", "¡uauuu!" y algún que otro "¡hey Bruce!" con que algunos miembros de la especie humana parecen empeñados en demostrar que todavía no deben perderse la esperanzas de encotrar al eslabón perdido.Agradeció Willis las alabanzas que le dedicaron a su cabeza rapada y dijo que sin duda Gilliam le había seleccionado para el papel de protagonista por la belleza de su calva. En otro momento un avezado admirador le preguntó por la cabra que había recibido como regalo de su 40º cumpleaños. ¡Para qué más! A partir de ese momento la cabra se convirtió en el hilo conductor de la conferencia de prensa.

Explicó Willis que le habían regalado la cabra y se la llevó a su casa en un lugar retirado, pero "nevó mucho, hubo una inundación y la riada se llevó a la cabra, que se ahogó". "Estuve 10 días loco de tristeza, porque se me había metido en el corazón". No sería extraño que algún representante del ministerio público de Estados Unidos, ansioso de notoriedad, abra un sumario, por presunta zoofilia, ante semejante declaración de amor. Por si había quedado alguna duda, Willis aseguró que ama a su esposa, la actriz Demi Moore, quien también se encuentra en Berlín, y a sus tres hijas de corta edad, con las que pasa gran parte del tiempo cuando no trabaja. No obstante, insistió Willis: "Desde que perdí la cabra no soy el mismo hombre". Se manifestó como una persona temerosa en la vida real y desearía encontrar un buen guión, para poder hacer un papel de romántico enamorado, "pero será muy difícil encontrar un buen guión sobre el tema".

Willis declaró que le gusta la ciencia ficción como género y tenía interés en trabajar con Gilliam, pero, sobre todo, "quería morir en una película; algo que he conseguido pocas veces". Sobre los efectos de 12 monos, Willis dijo que durante el rodaje se produjo el atentado con gases letales en el metro en Japón y concluyó: "El futuro ya empezó". Gilliam añadió que no cree que de la película salgan virus mortales para la humanidad, pero, además, aunque en 12 monos mata a 5.000 millones de seres humanos, todavía quedan enterrados otros mil millones dispuestos para conservar y reproducir la especie.

Por la noche, Willis actuó en un recital de música, a la que considera un complemento para expresarse al lado del cine. En medio de grititos y aullidos del cholulaje, abandonó Willis la conferencia de prensa.