La crisis social reanima la izquierda
Para la izquierda francesa, tan desorientada y falta de ideas como la derecha, pero lejos del poder y con una exigua representación parlamentaria, la crisis social tiene un efecto balsámico. En las elecciones parciales celebradas el domingo para cubrir siete escaños, todos ellos anteriormente conservadores, el Partido Socialista ganó cinco. Las elecciones parciales reflejaron el despertar de los votantes progresistas y el desánimo del electorado derechista, cuya abstención fue masiva.En la Asamblea Nacional el centro de la atención es actualmente el puñado de escaños que ocupan socialistas y comunistas. La semana pasada bloquearon la ley que permitía reformar la Seguridad Social por decreto presentando casi 5.500 enmiendas.
El domingo por la noche, cuando Alain Juppé se personó en el hemiciclo y anunció la utilización de un procedimiento extraordinario para votar rápidamente las enmiendas y sacar adelante el proyecto de ley, socialistas y comunistas presentaron una nueva moción de censura contra el primer ministro, la segunda en una semana. La moción será votada hoy y, como la primera, debe ser rechazada por una mayoría muy amplia. Pero obligará a Juppé a explicarse ante la Asamblea y de hecho, evitará que la Cámara quede totalmente al margen de la crisis social francesa.
Alain Juppé quiere que el proyecto de ley de tramitáción de la reforma de la Seguridad Social salga de la Asamblea Nacional esta misma semana y sea aprobado por el Senado antes de las vacaciones navideñas. En teoría, la reforma debería aplicarse desde principios de enero. Pero el Parlamento se encuentra en una situación muy secundaria: la situación está ahora en manos de los sindicatos y de los manifestantes.