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"Picasso era un creador de leyendas sobre sí mismo", afirma John Richardson

Se publica en España el primer tomo de la biografía definitiva del artista

John Richardson mantuvo durante más de una década una amistad con Picasso. Vivía con el coleccionista Douglas Cooper en el sur de Francia y sostuvo largas charlas conel artista, con el lejano propósito de escribir un libro sobre él. En 1991 salió en inglés el primer tomo de la que ya se considera la biografía definitiva del artista malagueño, que acaba de publicar en España AlianzaEditonal. Con Picasso. Una biografía, el autor pretende desprenderse de falsedades y de áridos juicios académicos para descubrir la verdad de "un creador de leyendas sobre sí mismo".

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El primer tomo de esta biografía, profusamente ilustrada, estudia y narra de forma amena pero rigurosa, la adolescencia y juventud del artista, su pasión por Barcelona, sus años de formación en París y su relación con Apollinaire, Gertrude Stein y Matisse, entre otros. El segundo tomo, de los cuatro previstos, aparecerá en Estados Unidos el próximo verano."Mi vida es como un diario", dijo el propio Picasso a Richardson, "incluso está fechada como un diario". Descifrar este diario es una tarea que no parece tan sencilla. "Me tomé esa frase de Picasso muy en serio", dice el biógrafo, "mi trabajo se basa en ella. Pero como todo diario, hay cosas que no se dicen y otras que no son del todo ciertas. Y Picasso era un poco exagerado, un creador de ficciones o leyendas sobre sí mismo. De modo que tienes que saber cómo interpretarlo, cuándo hace una broma, un juego de palabras o ideas. Era bastante perverso, en ese sentido, y eso es lo que lo hace maravilloso. Hay que saber leer sus pinturas a la luz de sus vivencias".

El libro empieza con el resentimiento de Picasso hacia Málaga y con la nostalgia profunda que tuvo de España el artista en sus últimos años. "A lo largo de los cuatro volúmenes de esta biografía yo veo a Picasso siempre como a un pintor español", dice Richardson, crítico de arte y profesor en la Universidad de Oxford, que estuvo ayer en Madrid. "Picasso echaba mucho de menos su país. En 1953 fui con él y Jacqueline, cuando empezaba la relación entre ellos, a Perpiñán. Íbamos cada tarde a un café cerca de la frontera y Picasso se acercaba al cruce para mirar hacia España. Lo hacía con un sentimiento de tristeza y nostalgia tremendas, algo conmovedor. Después volvía de un humor terrible", relata.

El exilio forzoso fue una carga que Picasso nunca pudo superar del todo. Pero Richardson insiste en que una de las grandes equivocaciones respecto a Picasso es verlo como un hombre político. "Cuando Kahnweiler, el galerista de Picasso, le preguntó cómo se situaba políticamente antes de 1914, el artista respondió en tono irónico: "Soy español, España es un reino, por lo tanto soy monárquico". En realidad, Picasso era apolítico. Es absurdo verlo comprometido políticamente hasta los años 30, con el inicio de la guerra civil. Pero aun así no se hizo comunista hasta el final de la contienda, cuando todos los intelectuales franceses lo hicieron. Yo no creo que eso haya significado algo especial para él. Le pregunté a uno de los dirigentes del partido comunista francés sobre la militancia de Picasso. Me dijo que era antifascista, que estaba en contra de la guerra y la miseria. Le pregunté a favor de qué estaba. Y no me supo responder".

No obstante, el Guernica sigue siendo un símbolo político. Richardson no había visto todavía la pintura que se exhibe sin el cristal blindado desde hace unos días en el Museo Reina Sofía, pero está a favor de esta medida. "No me gusta ver ninguna, pintura con cristal", dice, "pero no sé si la situación política es peor que hace algún tiempo. Me gusta verla sin cristal, aunque no soy experto en seguridad".

Misoginia

Otra de las ideas erradas sobre Picasso es, según Richarson, la que lo pinta como un monstruo abusivo con las mujeres. "La demonización de Picasso, desde un punto de vista feminista, como un hombre peligroso para las mujeres es, por lo menos, inexacta. Picasso trató mal a sus mujeres en ocasiones, pero también las trató muy bien, las adoraba. Era capaz de una gran compasión y ternura hacia ellas. Y Io contrario. Uno de los problemas de escribir sobre Picasso es que puedes tener alguna certeza sobre él, pero también se puede afirmar que lo contrario es a su vez válido. Si lo ves como un misógino también lo puedes ver como un gran amante de las mujeres y un hombre al que las mujeres adoraban. Procuro ser amplio con estas ambivalencias de su carácter".

Richardson empezó esta, biografía con la idea de relacionar la evolución de su obra a las etapas con sus distintas mujeres. El sexo y el amor, pero también el odio y la desilusión moldearon su obra. "En el segundo volumen de esta biografía, centrado en el cubismo, la relación con las mujeres es tremendamente importante".

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