Toreo a caballo y espectáculo

PAU NADAL En una corrida de rejones puede haber toreo a caballo y espectáculo, aunque lo difícil sea muchas veces que ambas cosas coincidan. Ayer, en Zaragoza, hubo, de las dos, aunque convenga decir que, al final, venció el espectáculo, puesto que el público, enardecídd y en un puro alarde de generosidad, solicitó y obtuvo los máximos trofeos para la collera formada por Bohórquez y Hermoso de Mendoza. Su actuación , en la que hubo compenetración, brillantez y alardes, consiguió esa reacción del respetable, sobre todo, por el tíovivo alrededor del pobre animal en que los jinetes colocaron cuatro banderillas . sin prácticamente solución de continuidad y también porque, después de un deficiente rejón de muerte del jerezano, el navarro, que no suele brillar en estos momentos, clavó con acierto y en su sitio, con pronta y espectacular muerte de la res. Pero el toreo a caballo de verdad lo hicieron. Moura y Domecq, sobre todo, el primero, ya que, al mejor toro de la, tarde, codicioso y con mucho s pies, lo templó y lo lidió con singular maestría, con conocimiento de los terrenos, acierto al clavar y sin dejarse rozar las cabalgaduras en ningún momento. También el menor. de los Domecq lidió y enceló con torería a su oponente. Bohórquez poco pudo hacer ante el mansurrón y acobardado segundo, lo mismo que Hermoso. En la. collera Moura- Domecq, a pesar de que sembraron el ruedo de banderillas, volvió a verse la maestría del portugués y la casta del jerezano.