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Testimonial e intimista

La colección de Christine Ruiz-Picasso, la segunda esposa del primogénito del artista, Pablo, está marcada por lo que podríamos calificar como una evocación del mundo picassiano desde la intimidad y la pasión. No es, desde luego, la selección que hubiera hecho un historiador del arte académico y, aún menos, un marchante, con las ventajas y los inconvenientes que ello implica. En cualquier caso, se trata de una colección absolutamente excepcional, y,- como tal, muy capaz de constituir por sí sola un museo monográfico relevante de la obra del artista.Esto es algo que pudo comprobar quien visitase la muestra que, por primera vez en todo el mundo, se exhibió en Málaga y Sevilla recientemente, y eso a pesar de que algunas piezas importantes de la colección no pudieron venir por su extraordinaria fragilidad. Sea como sea, en su visita inaugural a Andalucía, la exposición titulada Primera Mirada contó con 180 obras de la artista, entre óleos, dibujos, grabados, esculturas y cerámicas. Pero si la cantidad es formidable, la calidad de algunas piezas merecería un lugar destacado en el mejor de los museos. Citaré, entre las pinturas, los bellísimos retratos de Olga Koklova con mantilla. (1917) y de Pablo con gorro blanco (1925), así como las obras "surrealizantes" de entre finales de los años veinte y los cuarenta, como Cabeza sobre fondo beis (1929), la absolutamente extraordinaria Busto de mujer con los brazos cruzados detrás de la cabeza (1939); los bellos y elegantes- cuadros de Claude en marrón y blanco (1950) y La Californie. Interior con sillón rojo (1950); o, en fin, los inquietantes y exacerbados desnudos del periodo final, que son varios y están fechados entre 1960 y 1971.Desde esa visión de Picasso desde la intimidad afectiva y artística, el dibujo resulta en la colección citada particularmente sobresaliente, con obras de notabilísimo interés testimonial -Los ojos del artista (1917)- y artístico, éstas últimas de muy dificil relación aquí por su abundante número. Por último, el ahora cada vez más valorado Picasso escultor tiene en esta colección algunas aportaciones singulares: Figurita (1907), Bañista (1931), Cabeza de muerto (1943), Mujer embarazada (1949), Hombre (1958), etcétera. Por lo demás, esta colección, intimista o no, posee piezas representativas de prácticamente todas y cada una de las épocas y estilos de Picasso.

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