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Los médicos ofrecen un pacto por la sanidad pública "más allá del aspecto retributivo"

Pasillos y despachos de hospitales de Toledo y Zaragoza, desbordados de enfermos

El líder sindical Vicente Garcés sólo ha ido dos veces a negociar al Insalud durante la huelga de especialistas. En las dos ocasiones se cantó un pacto, y ayer fue la tercera. Aunque el salario ha constituido el pilar del conflicto, su voluntad ayer era firmar un acuerdo "en favor de la sanidad pública" y "más allá de los aspectos retributivos". La catástrofe asistencial de 32 días de paro se exhibía ayer en varios hospitales con recién nacidos en los pasillos y saturación de las habitaciones. Casi medio millón de consultas y el 40% de las operaciones suspendidas es el balance del Insalud.

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"Es una huelga política entre médicos y Administración; nosotros pagamos las consecuencias y les sacamos las castañas del fuego a los médicos", espetaba ayer a las partes en conflicto un paciente del hospital Virgen de la Salud de Toledo. El acuerdo no ha sido posible ni antes ni después de un mes largo de huelga convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en las 10 comunidades autónomas del Insalud. Las divergencias sobre el salario rompieron, una vez más, el pasado día 31 la esperanza de un pacto. Hasta que ayer se fraguó una nueva estrategia: "la CESM ofrece a la Administración un pacto por la sanidad pública", decía el comunicado sindical.El documento, "mas allá de los aspectos retributivos que han polarizado la negociación hasta el momento", ofrece pactar "con cierto sentido altruista y positivo" el fin de un conflicto que ha conseguido suspender 457.389 consultas (el 25% de las previstas) y 21.471 operaciones (el 40% de las programadas), según datos del Insalud.

Los médicos proponen involucrarse en la libre elección de especialista y en soluciones para las listas de espera, así como la creación de mesas de trabajo que superen "su marginación" en la toma de decisiones. El objetivo es sentar las bases "para que los hospitales puedan responder eficazmente a las demandas sanitarias de la población". A cambio sólo piden "una mayor consideración profesional", aunque no renuncian a la subida salarial, solicitando en el penúltimo párrafo del comunicado "la concreción en hechos del reconocimiento ya efectuado por las autoridades sanitarias acerca de que sus retribuciones básicas deben mejorar". La CESM asegura que "nunca ha sido extremista en estas pretensiones, como prueba el que, desde el inicio del conflicto, se haya limitado a pedir una equiparación progresiva de su salario hasta conseguir en 1977 un marco común retributivo en todo el Sistema Nacional de Salud".

Mientras desde los comités de huelga de los grandes hospitales de Madrid se amenazó esta semana con duras medidas para radicalizar la huelga, sin grandes consecuencias como ha comprobado este periódico, otros grandes centros españoles han llegado a la situación de colapso. El hospital Virgen de la Salud de Toledo se encontraba ayer al 114% de su ocupación.

"La paciencia tiene un límite, no es justo y siempre pagamos el pato los mismos". Esta o similar son las expresiones que se escuchan y repiten en cualquier rincón del hospital toledano. Pacientes que se desesperan y que, a pesar de reconocer que están bien atendidos, consideran que ocupar unas cuantas baldosas del pasillo no es el mejor trato que se puede, ni se debe recibir.

Al mediodía de ayer, el hospital continuaba con 51 enfermos alojados en los pasillos, 17 de ellos en maternidad. En este servicio dio a luz María el pasado martes, y desde entonces, según decía, ha recorrido un pasillo de punta a punta y "no sé dónde terminaré". Lo peor de todo, aseguró, "es la falta de intimidad, el no poder cerrar una puerta, estar en medio de todo y de todos, teniéndome que colar en cualquiera de las habitaciones para usar el lavabo".Camas cruzadas

El hospital Miguel Servet de Zaragoza (el de mayor capacidad de la comunidad aragonesa) está registrando una sobreocupación de cerca del 10% más con la instalación de las denominadas camas cruzadas en las habitaciones y en algunos, despachos, informa Javier Torróntegui. La configuración de este edificio ha permitido la práctica de este sistema hasta meter un máximo de 114 camas, lo que ocurrió el pasado viernes. Ayer, el número era de 96. Los ocupantes de las camas cruzadas no tienen a su disposición ningún mobiliario. Ni siquiera disponen del timbre para avisar de una urgencia. Tampoco tienen tomas de oxígeno, aunque la gerencia ha ubicado en estas plazas a los pacientes menos graves.

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