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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Teatro fuera del teatro

Borges: una prosa deslumbrante, pero un verso blando y opaco. Un juego de infinitos en el espacio y el tiempo, laberintos de sorpresa y de miedo en los cuentos; tan inesperado lo que cuenta como las palabras con que lo cuenta: tan justas, tan exactas, tan cargada cada. una de sugerencias. Y unos versos sólo tópicos y rimas fáciles. Qué raro, qué contraste.El actor Echanove, que es mucho más que una moda, una comercialidad y una afección juvenil, interpreta algunos textos de Borges. Interpreta con contención: para cuentos tan exactos no se pasa de teatralidad, de recargo en las palabras o de énfasis innecesarios; pero tan llenos de misterio requieren un actor y un director sensible como Jorge Eines.

Alrededor de Borges

Cuentos y poemas preparados por Jorge Eines y Juan Echanove. Despedida de la sala Ensayo 100 Teatro. Madrid, 26 de mayo.

Se está buscando el teatro fuera del teatro, se le encuentran al texto literario más valores que los de la lectura. Por ejemplo, los textos literarios dichos y grabados como El viaje a ninguna parte, de Fernán-Gómez, por él mismo, que es una excelente pieza de arte, oLa soledad era eso, de Millás, por Charo López (Alfaguara Audio): que tienen toda la emoción de un teatro; o las novelas de Tomeo hechas en los teatros de toda Europa.

Los géneros dramáticos se van mezclando: libro, disco, televisión, cine, espectáculo. Parece que ya lo imprescindi

ble para la conversión en teatro es el intérprete. Echanove en este caso: haciéndose decorado al mismo tiempo que voz -unas lágrimas, a veces; un suspiro de fatiga; un acento de nostalgia-, cargando el gesto -la forma de dejar caer las hojas que lee, como perdidas para siempre; los pasos a lo largo de la sala-, pero, sobre todo, dándole el valor al texto que lo tiene, y justamente el que tiene.

Es un espectáculo que se ha hecho dos días en Madrid. Era la despedida de la sala Ensayo 100 Teatro, de Jorge Eines: más bien la mudanza, porque se va de la calle de Gravina -plaza de Chueca, llena de leyendas de mal vivir y susto de clase media; pequeña, íntima plaza adonde se puede encontrar alta gastronomía francesa de creación y terracitas minúsculas con jóvenes que se alejan de la burguesía; y estaba este teatro intelectual y pobre- a la calle de Raimundo Lulio, en Chamberí. Se puede decir ya, cuando no hace daño, que era una sala incómoda y aplastada por los lados; sin embargo, muchas veces surgía en ella el misterio del teatro gracias a Jorge Eines. Como ahora. Esperemos que lleve ese misterio en sus baúles de cómico.

Me hubiera conformado con el placer personal ante este espectáculo sugerente si se hubiera quedado en estos dos días; pero Eines y Echanove lo han montado para más representaciones, más viajes o más aulas, y que conviene advertir sobre él: esto existe, esta palabra escrita se hace teatro y habrá que cazarlo al vuelo cuando se repita: en la nueva sala o donde lo pueda llevar Echanove.

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