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Un adiós intimo despidió a Antonio Flores

El único hijo varón de La Faraona reposa en una sepultura provisional

Amelia Castilla

No hubo gritos de dolor ni desmayos como el día anterior. Antonio González Flores, de 33 años, fue enterrado ayer, en una ceremonia fugaz, a las nueve de la mañana, en el ce menterio madrileño de la Almudena. El único hijo varón de Lola Flores, sobre cuyo ataúd se colocó una corona de claveles rojos con forma de guitarra, descansa en un nicho provisional situado a poco más de un kilómetro de donde está enterrada su madre. Su hermana Lolita, su tía Carmen Flores, acompañada de sus hijos, y Ana Villa, la ex mujer del artista, fueron los familiares más próximos presentes en el entierro.

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Su hermana Rosario, que ha suspendido parte de la gira que tenía previsto iniciar ayer por América, se quedó acompañando a su padre, Antonio González, El Pescailla, cuya salud se ha convertido en una de los principales preocupaciones de los Flores. El padre de Antonio, que no pudo superar la muerte de su esposa, se encuentra ahora completamente destrozado. Como ya ocurrió con su esposa, El Pescaílla no pudo asistir al entierro.La llegada del coche fúnebre al cementerio, que iba precedido por tres furgonetas cargadas de coronas -las había de Loquillo y Los Trogloditas y de Ketama-, estuvo marcada por una tremenda confusión. Luciano Samperio, el párroco del cementerio, esperaba en la puerta de la capilla preparado para el responso, acompañado de familiares, amigos y fans del cantante. Todos se quedaron atónitos al comprobar que la comitiva pasaba de largo en dirección al nicho. Hubo carreras y un desconcierto, generalizado que se agravó cuando la comitiva volvió sobre sus pasos y realizó una pasada rápida por la capilla para enfilar después el camino del nicho.

La serenidad de Lolita

Lolita, la hermana mayor del cantante, se mostró muy serena. Caminaba como si estuviera sonámbula, pero no necesitó ningún hombro en el que apoyarse. Su marido, Guillermo Furiase, tuvo que consolar a su ex cuñada Ana Villa, que lloraba abiertamente. Con ellos se encontraban Antonio Carmona, cantante de Ketama -el músico estuvo con Antonio Flores hasta pocas horas antes de su muerte-, Carmen Mateu (la tata de los FLores), Carmina Ordóñez, Pedro Carrasco, Enrique San Francisco, La Chunga y muchos músicos jóvenes.Todo sucedió muy rápido, y debido a la confusión creada a la llegada del cementerio muchos allegados llegaron tarde. Fue el caso de Conchita Márquez Piquer y su marido y de Cary Lapique y Carlos Goyanes. Sí llegaron a tiempo algunos de los seguidores del cantante, vestidos con atuendos deportivos y con la carpeta del colegio entre las manos. "Merece la pena perderse un examen para estar con él en los últimos momentos", dijo Anabel Poveda.

Los restos de Antonio y de su madre serán trasladados al panteón de la familia Flores cuando concluyan las obras que se están realizando. El panteón, en el que probablemente será colocada una escultura de La Faraona, está situado muy cerca de donde está enterrado Enrique Tierno Galván.

Unas dos mil personas pasaron por la capilla ardiente que se instaló en el tanatorio madrileño al mediodía del martes, donde la muerte de Antonio Flores se convirtió en un espectáculo, esta vez a pesar de la familia. Cientos de vecinas, algunas con niños en carritos, jaleaban a los famosos que iban llegando a dar el pésame. Desgarrados por el dolor, familiares y amigos del músico comentaban lo mucho que Antonio amaba la vida. "El nunca se hubiera suicidado. Su muerte fue un desgraciado accidente, estaba muy débil y tomaba tranquilizantes desde la muerte de su madre", aseguró un músico. "No ha sido de eso, no había nada de eso en su habitación", decía otro al referirse a las drogas más duras.

Algunas personas compararon su muerte con la del actor River Phoenix, que falleció accidentalmente tras ingerir un cóctel explosivo de drogas y alcohol. El resultado definitivo de la autopsia practicada no se conocerá hasta dentro de unos días. Al parecer, algunos tejidos están siendo analizados en el Instituto de Toxicología. Una fuente policial confirmó que por el momento sólo hay apreciaciones preliminares, pero todos los indicios apuntan que "no se trató de un acto consciente ni voluntario. Fue un accidente", precisó el mismo portavoz.

El Lerele

Una de las incógnitas que se plantean ahora es saber qué ocurrirá con la casa familiar del barrio de La Moraleja. Nadie quiere volver a El Lerele. Lo decía ayer un familiar consternado: "Yo por allí ya no voy a ir. Ahora hay que reconvertir toda esta tristeza en alegría. Así no podemos vivir". Al parece , la propia Lolita habría hecho unas declaraciones asegurando su intención de vender la casa, que se encuentra hipotecada, donde murieron su hermano y su madre.Y muchas personas se preguntan también en qué medida afectará la muerte de Antonio, el compositor de la familia, a la carrera de sus hermanas, especialmente a Rosario, con la que estaba muy unido y para la que ha compuesto la mayor parte de las canciones que hicieron de ella la revelación musical de 1994. Gracias a esto, Antonio recuperó la confianza en sí mismo y volvió a la música.

Está claro que su desaparición marcará el futuro de Rosario. Su último disco, Siento, estaba compuesto íntegramente por él. El nuevo trabajo que prepara Lolita también cuenta con composiciones de su hermano. Curiosamente, las dos últimas canciones grabadas por el músico fallecido el martes no son de su cosecha. En un próximo disco homenaje a Serrat grabado por varios músicos Antonio canta Tu nombre me sabe a yerba, y en el próximo disco de Ketama Antonio canta con los hermanos Carmona el clásico del grupo Vente pa Madrid.

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