Homenaje a Benet en París por el estreno de 'Agonía confutans'
El Instituto Cervantes en París resucitó ayer el espíritu de las representaciones familiares en un divertido acto de homenaje a Juan Benet con motivo del estreno en Francia de Agonía confutans. El director de la pieza, Daniel Zerki, uno de sus intérpretes -Roland Bertín- y la traductora de todo Benet al francés -Claude Murcia-, a los que se unieron los escritores Félix de Azúa, Vicente Molina Foix y Eduardo Mendoza, expusieron sus opiniones y recuerdos sobre la obra y el autor. Zerki puso de relieve "la libertad de la escritura de Benet, su tono lúdico cuando pasa de una idea a otra, del tono grave al de la farsa".Para Roland Bertín "el teatro de Benet tiene la calidad del de Thomas Bernhard y como el suyo no fue aceptado en su momento, no se supo comprender su teatralidad". Vicente Molina Foix recordó que el creador de Región quería "levantar telón" y que era un auténtico enamorado de la llamada "cocina teatral". En sus obras de juventud, semiimprovisadas, pensadas para ser representadas por un grupo de amigos que integraban un festivo "consejo de la estatua de piedra" ya estaban presentes "algunos de los temas de su obra novelesca como la obsesión por el fracaso".
Eduardo Mendoza situó en una sola frase el teatro de Benet en su contexto: "No rompió con la tradición narrativa española sino con su inercia. En realidad lo que hizo fue poner al día esa tradición y empezó con el Tenorio, que no es bueno, pero es importantísimo y tiene un carácter fundacional".
Los tres escritores, convertidos para la ocasión en imbécil primero, imbécil segundo e imbécil tercero leyeron con desparpajo fragmentos de El salario de noviembre, lectura que fue acogida con grandes risas de complicidad y muchos aplausos, casi restituyendo la atmósfera de las representaciones privadas entre amigos que tanto gustaban a Juan Benet.
