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Fujimori se perfila como vencedor en las elecciones peruanas, según los sondeos

Juan Jesús Aznárez

El candidato, luego presidente y luego sinvergüenza, según las imputaciones fiscales, Alan García pedía en 1985 que le permitieran rendir homenaje al vendedor ambulante, al huido de la miseria campesina, a la expresión simbólica del Perú empobrecido. Otros aspirantes, después gobernantes, han pedido venia antes para redimir a esa mayoría irredenta. Aún con la boca abierta, los miserables son nuevamente electores, codiciados por los pretendientes a la presidencia y 120 escaños del Congreso. Todos han prometido justicia, y las encuestas señalan que la impartida por el presidente Alberto Fujimori cuenta con el apoyo de la mayoría.

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El tanga de la candidata

La apacible campaña previa a las elecciones generales del próximo domingo concluyó oficialmente ayer, fecha que coincide con el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, protagonizado por Fujimori en estrecha coalición con la dirección castrense. El Ejecutivo quedó desde entonces a su aire al establecerse después un Congreso subordinado al sanedrín político-castrense de palacio, el estamento judicial se asustó con la purga y sufrió asimismo la imagen internacional del país.Pero, al igual que hace cinco años, muchos peruanos piensan hoy como pensó Félix, de 45 años, vendedor ambulante, cuando apoyó a Fujimori en su disputa con el escritor Mario Vargas Llosa. "El que menos creyó que era un hombre pobre, que era de chacra, que le gustaba trabajar, y que como era de raza china, y los chinos son trabajadores y honrados, así fue que votaron".

El general Jaime Salinas, en carcelado en el penal del Real Felipe, y otros oficiales implica dos en el alzamiento del 13 de noviembre de hace tres años con tra Fujimori, se pronunciaban ayer, en carta abierta, por la democracia y la defensa de los valores profesionales de la institución militar. "¡Viva la democracia!", "¡viva el Perú!", alentaron en la proclama contra la reelección del jefe de Estado.

Como muchos, Jaime Salazar, de 38 años, comerciante, se muestra escasamente impresionado por el patriótico llamamiento, aborrece de partidos y arengas y elogia la despótica práctica gubernamental del ingeniero en el mando. "Hay que darle más tiempo. Cinco años es poco para arreglar todo. El chino ha hecho más que nadie. Aquí han robado mucho, señor. Hace falta mano dura".

El descrédito de los partidos tradicionales, la desastrosa administración de García y el cúmulo de adversidades que descalabraron a Vargas Llosa en la segunda vuelta de los anteriores comicios facilitaron el triunfo de Alberto Fujimori.

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El arrinconamiento del terrorismo de Sendero Luminoso en las selvas, decretando el estado de excepción en el 60% del territorio nacional y entrando a saco, y el control de la inflación fueron logros suficientes de cinco años de presidencia para mantener en cabeza a su titular. Los últimos sondeos indican, sin embargo, un ligero declive en la popularidad de un político que ha prometido no disolver de nuevo el Congreso. De no conseguir Fujimori, de 57 años, el 51% de los sufragios en la primera vuelta, las alianzas en la segunda pueden impedir su ambicionado segundo mandato.

Todos los partidos y agrupaciones desarrollaron ayer actos centrales en un último esfuerzo por sumar apoyos, mientras la oposición insistía en denunciar abusos en la utilización de los recursos estatales con objetivos electorales. Javier Pérez de Cuéllar, anterior secretario general de la ONU, un político al que en la calle la mayoría reconoce sobrada capacidad intelectual, pero reprocha escaso carisma y amistades indeseables, sube en la intención del voto y es el principal adversario de Fujimori en la lista de 14 candidatos. El economista Alejandro Toledo, un cholo de 48 años doctorado en Stanford y Harvard que asegura haber conocido la pobreza, disputa el tercer puesto al empresario periodístico y alcalde de Lima, Ricardo Belmont.

Javier Pérez de Cuéllar, de 75 años, ha advertido que la bonanza económica observada en el país "es totalmente ficticia, porque los problemas que deja este señor

[Fujimori] son inmensos". Ofrece recuperar una genuina democracia y atemperar la crudeza del neoliberalismo económico en vigor con un enfoque más social. "Hay que hacer un nuevo Perú donde se piense en los pobres. A partir de este 28 de julio

[fecha de la segunda vuelta electoral], si el pueblo me elige, les prometo un Gobierno de honradez y moralidad".

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