Gracias, Liceo
Al intentar expresar mi relación con el Gran Teatro del Liceo me doy cuenta de que algo que hace tan sólo unas horas hubiera sido fácil y fluido para mí es en estos momentos muy complejo debido a una serie de recuerdos, sentimientos y emociones vividas que se agolpan tras conocer la tragedia del incendio.El Liceo ha sido para mí algo muy especial, tanto personal como profesionalmente. En él aprendí de niño a amar la ópera. En él me inicié como profesional de la lírica y en él he tenido grandes satisfacciones artísticas.
Fue en el Liceo donde pisé por primera vez un escenario a los 11 años cantando El retablo de Maese Pedro, de Falla, y más tarde el Liceo también fue el teatro en el que hice mi debut profesional en 1970. Este teatro tan emblemático para mí fue también punto de encuentro con el público barcelonés a mi regreso de Seattle tras un paréntesis forzoso.
El Liceo ha sido siempre, además, un verdadero símbolo de identidad para Barcelona, Cataluña y el resto del país, ya que su tradición ha marcado musical y culturalmente a generaciones enteras, y esta extraordinaria tradición operística ha hecho posible que en nuestra tierra surgieran cantantes de gran proyección internacional.
Creo que todos nosotros estamos en deuda con el Gran Teatro del Liceo por todo lo que nos ha aportado a nivel colectivo e individual. Es en estos momentos que con nuestro apoyo, nuestra solidaridad y nuestro entusiasmo podemos intentar paliar esta deuda.
Por todo ello, por todo lo que nos has dado, gracias Liceo.